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Entrevista al cardenal Cobo

Hakuna y las puertas al sol

Hakuna en el ancho balcón de la "Puerta del Sol" puede ser también buena nueva. Todo aquello que une y eleva, es de Dios y Hakuna cumple. Las fuerzas conservadoras reunidas a sus pies, el origen de la invitación cursada no debieran perturbarnos.

Hakuna, en Sol | Comunidad de Madrid

Las canciones contestatarias de nuestros tiempos, escasos de Belenes, pastores y Reyes de Oriente en sus pentagramas, tuvieron su momento propio, quizás incluso de cierta gloria. Sin, embargo, las gargantas heridas, los arranques de coraje no eran para siempre. Lo mismo que no éramos para siempre con el puño levantado. A estas alturas ya no conviene que la terca nostalgia lo siga alzando.

Estamos llamados a honrar los diferentes amaneceres, en las distintas latitudes. Somos invitados a reconocer las variadas "Puertas" que dan al sol, tras sus particulares cerros. La misma Vida que ayer nos invitaba a una enconada confrontación, hoy seguramente nos pide que mantengamos una mente abierta, flexible y generosa.

Ayuso y Feijóo, escuchando a Hakuna | A. Pérez Meca/Ep

Hakuna en el ancho balcón de la "Puerta del Sol" puede ser también buena nueva. Todo aquello que une y eleva, es de Dios y Hakuna cumple. Las fuerzas conservadoras reunidas a sus pies, el origen de la invitación cursada no debieran perturbarnos.

Quizás no sean nuestras formas, nuestras letras, pero sí las de una juventud tradicional en los contenidos y renovada en las formas. Es preciso ser muy respetuosos. “Sus peces en el río” seguramente no sean los que nadan en nuestras aguas, sus “campanas sobre campanas” muy ortodoxas suenan desde un barrio acomodado..., pero las almas congregadas en el kilómetro “0“ de España, pudieron vivir la grata experiencia de la comunión. Los disgregados se sintieron familia durante seis canciones que todavía están tarareando. Haremos bien en rendirnos ante este fenómeno en el que “bebe y bebe” una sed juvenil de Espíritu, que "llena y vuelve a llenar" enteras plazas de toros

Los disgregados se sintieron familia durante seis canciones que todavía están tarareando. Haremos bien en rendirnos ante este fenómeno en el que “bebe y bebe” una sed juvenil de Espíritu, que "llena y vuelve a llenar" enteras plazas de toros

Mejor arrodillados ante el Sagrario que ante la hoy concurrida nada; mejor cantando todos juntos que cada quien en la noche clavados a su pequeña y aislada pantalla; mejor glosar al Portal de Belén, al Niño Dios, que al muy extendido negacionismo del Misterio y su Fuente, que apagar las estrellas de la Esperanza.

Ahora es también su hora y la de sus multitudinarios conciertos. Haremos bien en comprenderlo y aceptarlo. La emancipación humana no era de nuestra exclusiva propiedad. Ese Espíritu que invita a liberarnos del materalismo, el individualismo y la apatía, puede descender a infinidad de labios, cobrar muchos tonos. ¡Feliz Navidad de todo corazón en todas las plazas, en todos los pentagramas sin distinción alguna!

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