El cardenal Tolentino y los infuencers católicos: "Ayudad a convertir los inviernos en primaveras" El sueño misionero de llegar a todos: La 'Atenas Digital' y el 'prójimo digital'

El sueño misionero de llegar a todos
El sueño misionero de llegar a todos

Esta reflexión quiere volver sobre algunos puntos tratados en la homilía del cardenal José Tolentino Mendonça, prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación, en la celebración con los influencers católicos que se reunieron el jueves 3 de agosto en la Universidade Católica Portuguesa

Este fue uno de los momentos de encuentro con los evangelizadores digitales durante la JMJ en Lisboa

Esta reflexión quiere volver sobre algunos puntos tratados en la homilía del cardenal José Tolentino Mendonça, prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación, en la celebración con los influencers católicos que se reunieron el jueves 3 de agosto en la Universidade Católica Portuguesa. Este fue uno de los momentos de encuentro con los evangelizadores digitales durante la JMJ en Lisboa.

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Atenas: una inspiración neotestamentaria

El trasfondo de la reflexión del Cardenal Tolentino está marcado por la lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles, particularmente, la escena en la que el autor relata el encuentro entre Pablo y los atenienses (Ver Hch 17, 16ss).

Escuela de Atenas
Escuela de Atenas

La lectura se ubica en el contexto de la Atenas de los famosos filósofos y grupos como los epicúreos y estoicos. Se podría decir mucho de aquella ciudad, sin embargo, lo crucial para nuestra reflexión lo dice muy bien el cardenal luso: «en Atenas lo religioso estaba implícito y disperso tanto desde el punto de vista de las ideas como de las emociones. Dios está presente, más es desconocido». En este contexto se sitúa la escena y desde él podemos empezar a intuir lo que implica hacer una lectura que inspire la tarea pastoral de estar en redes.

El ambiente ateniense era el centro cultural del helenismo, espacio propicio para las novedades filosóficas y un centro religioso con mucha vitalidad. El autor de Hechos ubica a Pablo en este escenario y expresa con esto que la Buena Noticia también puede ser compartida y anunciada allí.

Para quien va siguiendo el camino de Pablo en Hechos, es reconocible cómo el centro del anuncio se va desplazando. Tolentino Mendonça describe muy bien este cambio de posición y sostiene: «Pablo traslada el cristianismo del interior de la sinagoga al Areópago. Hace del cristianismo no sólo un tema que interesa a las personas religiosas, sino que se atreve a anunciarlo en el espacio público». Aquí hay una clave crucial para la labor pastoral en el ambiente digital; trasladarse desde aquellos escenarios que durante años fueron el epicentro de la predicación del evangelio hacia otros lugares, para allí poner en práctica las implicaciones del seguimiento de Jesús. Este fue el esfuerzo qué, según el autor de Hechos, Pablo realiza.

Todavía más, «Pablo se esfuerza por lograr una predicación más transversal y adaptada a un público culturalmente diverso. Con Pablo, el cristianismo gana la amplitud y universalidad» — recuerda el Cardenal. Son interesantes y bellas estas dos palabras utilizadas por el teólogo luso. Siguiéndolas, los misioneros digitales pueden aportar amplitud y universalidad a la Buena Noticia de Jesús y la Iglesia. Esta invitación encuentra relación con el tiempo de reforma sinodal que vive la Iglesia y puede verse inspirada por aquella expresión de Isaías 54, 1-3: «Ensancha el espacio de tu tienda», utilizada por el Documento de trabajo para la Etapa Continental del sínodo de la sinodalidad. Más aún, encuentra sintonía con una de las ideas eclesiológicas del papa Francisco, a saber, la «iglesia en Salida».

Y, ¿Por qué desplazarse hacia el ambiente digital? Puede ser de utilidad la respuesta de Antonio Spadaro en su entrevista con la Revista Vida Nueva: «El Evangelio concierne al hombre de hoy, de modo que la Iglesia está llamada a estar allí donde vive. Hoy también está en la red y, por eso, la Iglesia está llamada a habitar en la red; no porque haya que actualizarse, sino porque debe hacerse presente allí donde los hombres viven».

Otro aspecto del misionero Pablo que rescata el cardenal luso, es que Pablo logra traducir el cristianismo en nuevo escenario. Del mismo modo, tanto ayer como hoy, «el impacto del cristianismo se juega también en la capacidad y en la energía para traducir culturalmente el mensaje de Jesús». ¿Estarán los y las misioneras digitales dispuestos a traducir en la cultura digital el mensaje de Jesús? Ojalá que todo aquel y aquella que quiera asumir este reto no deje de encontrar inspiracion y creatividad para ello.

A manera de sintesis, el Cardenal portugués propone tres aspectos como inspiracion para la mision digital. Como se ha dicho, primero, poner en juego el anuncio de la Buena Noticia con sus implicaciones en un escenario nuevo, es decir, en el Areópago ateniense. Segundo, al desplazar el anuncio hacia los nuevos escenarios que van apareciendo, de los que el ambiente digital es uno entre muchos otros que van surgiendo, Pablo aporta amplitud y universalidad. Por consiguiente, asumir la mision digital supone también aportar a está extensión. Ahora, y aquí lo tercero que propone el Cardenal, está extension no se realiza de cualquier forma sino traduciendo el mensaje de Jesús.

La necesidad de dos credibilidades, la existencial y la cultural

Hasta aquí, puede que surja la duda de por dónde empezar. El teólogo y poeta responde, diciendo: «Te toca a ti enamorarte de Cristo, hacer de Él el centro de tu historia personal». En esa misma dirección se puede recordar la invitacion del papa Francisco en la Evangelii Gaudium: «Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso» (EG 3). Con esto, se recuerda que lo esencial de la experiencia cristiana es el encuentro con Jesús, y que, desde éste nace toda auténtica acción evangelizadora.

Además Tolentino expresa: «Jesús está contigo. El cristianismo necesita testigos que digan precisamente eso, que lo expresen de manera creíble ante todo con sus propias vidas. El cristianismo contemporáneo necesita esta credibilidad existencial por parte de los cristianos». La credibilidad existencial es parte crucial de la pastoral digital y de la evangelización en el ambiente digital. Por ello, referentes de este ejercicio pastoral, como Antonio Spadaro, recuerdan «la importancia de la categoría y la praxis del testimonio. Hoy el hombre de la Red se fía de las opiniones que aparecen como testimonio». Con lo dicho, antes de continuar, vale la pena precisar que el testimonio que compartimos no es otro sino el de la propia existencia atravesada por el amor de Dios y la constante plenificacion que ha supuesto acoger este amor.

No obstante, el cristianismo no necesita solo la credibilidad existencial — según el teólogo portugués — sino también la credibilidad cultural. Con respecto a esto, sostiene: «[el cristianismo también] necesita credibilidad cultural. Lo peor que nos puede pasar es hablarnos a nosotros mismos, reducir la experiencia de fe a una conversación clandestina o al círculo de los que ya están convencidos, aferrados a un lenguaje que los hombres y mujeres de hoy no entienden». Sin ser este el espacio para dialogar y reflexionar sobre si la credibilidad cultural del cristianismo solo se juega en el cambio o actualizacion del lenguaje, si vale la pena tener presente la advertencia que nos hace Francisco en la Evangelii Gaudium:

Al mismo tiempo, los enormes y veloces cambios culturales requieren que prestemos una constante atención para intentar expresar las verdades de siempre en un lenguaje que permita advertir su permanente novedad. A veces, escuchando un lenguaje completamente ortodoxo, lo que los fieles reciben, debido al lenguaje que ellos utilizan y comprenden, es algo que no responde al verdadero Evangelio de Jesucristo. (EG 41).

Con todo, una cuestión es la crucial para está reflexion. Tanto del encuentro como del testimonio no debe quedar duda que «Jesús es una buena noticia».

Evangelizacion

Configurar la misión hoy

Para concluir nuestra reflexión, nos centramos en los apuntes que hizo el cardenal José Tolentino Mendoça en su homilia sobre la misión hoy para los misioneros digitales. Sostiene el Cardenal: «la misión de hoy te pide que habites los nuevos Areópagos. Pide imaginación y valentía para anunciar la fe fuera de las puertas, en contextos heterogéneos, donde la presencia tradicional de lo religioso no llega, o llega de manera transformada y enrarecida».

Yace aquí una primera consideración que se ha mencionado anteriormente, hoy la misión (digital) supone adentrarse en este nuevo escenario con imaginación y valentia. Indudablemente, sin respuestas prefabricadas ni metodos estándar. Por lo tanto, se exige de una pastoral digital una apertura al discernimiento constante para abordar de manera creativa está labor evangelizadora. Y en está labor, la Iglesia ha venido tomando consciencia del papel crucial de tantos y tantas que han asumido está vocación misionera. Por esto, se puede decir con certeza que «hoy la Iglesia necesita de vosotros, queridos digital influencers, para ser levadura de esperanza en estos nuevos espacios de construcción social que son las redes sociales y las redes digitales» (ibíd).

No perdamos de vista la consideración del documento “Hacia una plena presencia: -Reflexión pastoral sobre la interacción en las Redes Sociales” del Dicasterio para la comunicación que en el incio de la reflexión sostiene: «de hecho, la cuestión ya no es si interactuar o no con la cultura digital, sino cómo hacerlo» (Hacia una plena presencia, 1). La pregunta por el cómo, tendrá que ser respondida de manera polifónica, no obstante, la respuesta debe estar tejida por la consciencia de que «la verdadera cuestión no es cómo utilizar las nuevas tecnologías para evangelizar, sino cómo convertirse en una presencia evangelizadora en el continente digital», es decir, «una presencia en la red que testimonie los valores del Evangelio» (Ver Directorio para la catequesis, 214. 371).

En todo caso, el cardenal luso aventura algunas respuestas a la pregunta. Primero, sostiene: «Escuchando el Evangelio, comprendemos que Jesús habla en plural a una comunidad de discípulos» con lo que se sigue que «el cristianismo no nos pide heroísmos solitarios, sino la audacia de tejer auténticas relaciones de comunión. La Iglesia es un trabajo en equipo». La forma de ser una presencia evangelizadora es la comunión. Al respecto, como hace también el documento “Hacia una plena presencia”, Tolentino recuerda que:

A veces, lo que se ve es que las redes sociales funcionan como una burbuja, donde la polarización y el rechazo se normalizan fácilmente. A veces, lo que vemos triunfar es la lógica del espejo y una cierta tribalización del discurso, muy diferente de la misión sinodal que Jesús nos encomienda. Él nos exhorta a caminar hacia los demás. Para eso, tenemos que aprender a reconocer a nuestro prójimo, e incluso a nuestro “prójimo digital”.

Tener está claridad es importante. El misionero digital es invitado a reconocer estos “ruidos” del contexto digital. Sin embargo, la sugerencia del teólogo argentino, Agustín Podestá, resulta importante. En su reflexion sobre el documento del Dicasterio para la comunicación expresa:  

El llamamiento es a lograr la comunidad más allá de las diferencias (dentro de la Iglesia “todos, todos, todos” como dice Francisco a menudo). Sin embargo, abandonando una actitud ingenua, también a menudo parece difícil lograr la comunión frente a algunas posiciones tan radicalizadas o extremas. Y no pienso aquí en no creyentes o de otras confesiones, sino en particular en mismas personas católico-romanas.

Está advertencia entra en sintonía como aquella realizada por Francisco en la Gaudete Et Exsultate:

También los cristianos pueden formar parte de redes de violencia verbal a través de internet y de los diversos foros o espacios de intercambio digital. Aun en medios católicos se pueden perder los límites, se suelen naturalizar la difamación y la calumnia, y parece quedar fuera toda ética y respeto por la fama ajena. Así se produce un peligroso dualismo, porque en estas redes se dicen cosas que no serían tolerables en la vida pública, y se busca compensar las propias insatisfacciones descargando con furia los deseos de venganza. Es llamativo que a veces, pretendiendo defender otros mandamientos, se pasa por alto completamente el octavo: «No levantar falso testimonio ni mentir», y se destroza la imagen ajena sin piedad. Allí se manifiesta con descontrol que la lengua «es un mundo de maldad» y «encendida por el mismo infierno, hace arder todo el ciclo de la vida» (St 3,6). (GE 115).

Con este panorama y con estas advertencias, la misionera y el misionero digital son invitados por el prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación a dos cosas concretamente: 1) «Actuad como corresponsables de la Iglesia y de su misión»; 2) «Ayudad a convertir los inviernos en primaveras».

Sin intención de agotar las implicaciones de lo que el cardenal, teólogo y poeta, ha querido transmitir con estas invitaciones, parece sugerir que la Iglesia está empezando a entrar en una primavera misionera, ya que asume y cree que lo que se realiza en el ambiente digital constituye una verdadera labor misionera de la cual todos los que estuvieron en aquel auditorio en agosto pasado, así como aquellos que no pudieron asistir, son corresponsables.

Homilia del cardenal Tolentino: 'Digital influencers'

Queridos hermanos y hermanas

En la primera lectura y en el salmo que hoy hemos escuchado se nos presentan dos modelos de ciudades: Jerusalén y Atenas. Jerusalén ha sido descrita por el paradigma de la unidad y de la cohesión. En efecto, uno de los elogios más bellos hechos a Jerusalén es aquel que se narra en el salmo ciento veintidós: “Jerusalén construida como ciudad bien compacta y armoniosa”. En cambio, Atenas es, si se quiere, lo contrario de Jerusalén: una ciudad que sigue un modelo múltiple, acogiendo componentes heterogéneos, aprovechando esta apertura a la diversidad. Jerusalén es, por excelencia, una ciudad sagrada. Si comparamos a ambas, Atenas pareciera ser profana. Sin embargo, es el mismo apóstol Pablo el que nos ayuda a entender que tal vez no sea así. Él dice, por ejemplo, que los atenienses son “los más religiosos de todos los hombres” (Hch 17,22). La cuestión es que, en Jerusalén, la geografía de lo religioso tiene una dinámica estable, explícita, bien reconocida. En Atenas, por su parte, lo religioso estaba implícito, disperso tanto desde el punto de vista de las ideas como de las emociones. Dios está presente, mas es desconocido. Pablo afirma: “Atenienses, mientras me paseaba mirando los monumentos sagrados que vosotros tenéis, encontré entre otras cosas un altar con esta inscripción: «Al dios desconocido» (cf. Hch 17,23)

"Pablo se esfuerza por lograr una predicación más transversal y adaptada a un público culturalmente diverso"

Un hombre, como San Pablo, por su formación y convicción está más cerca de Jerusalén que de Atenas. Pero Pablo, al encontrar a Cristo, descubre en sí la urgencia del diálogo y de la misión en los nuevos espacios. No sé si notaron el detalle del pasaje de los Hechos de los Apóstoles que fue proclamado: Pablo traslada el cristianismo del interior de la sinagoga al Areópago. Hace del cristianismo no sólo un tema que interesa a las personas religiosas, sino que se atreve a anunciarlo en el espacio público. Pablo se esfuerza por lograr una predicación más transversal y adaptada a un público culturalmente diverso. Con Pablo, el cristianismo gana la amplitud y universalidad que el mismo Jesús nos dejó como mandato (Mt 28,19-20): “Id, y haced discípulos en todas las naciones -subraya muy bien- todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. El impacto del cristianismo se juega también en la capacidad y en la energía para traducir culturalmente el mensaje de Jesús.

Queridos digital influencers

Mirándoos, en este momento de encrucijada epocal que estamos viviendo, me dan ganas de deciros a cada uno: ahora te toca a ti. Te toca a ti enamorarte de Cristo, hacer de Él el centro de tu historia personal, experimentar lo que Jesús nos dice al final del Evangelio de Mateo como una verdad que no nos abandona: “Y yo estaré siempre con vosotros hasta el fin del mundo” (Mt 28,20). Jesús está contigo. El cristianismo necesita testigos que digan precisamente eso, que lo expresen de manera creíble ante todo con sus propias vidas. El cristianismo contemporáneo necesita esta credibilidad existencial por parte de los cristianos. Pero también necesita credibilidad cultural. Lo peor que nos puede pasar es hablarnos a nosotros mismos, reducir la experiencia de fe a una conversación clandestina o al círculo de los que ya están convencidos, aferrados a un lenguaje que los hombres y mujeres de hoy no entienden. Jesús es una buena noticia. La misión de hoy te pide que habites los nuevos Areópagos. Pide imaginación y valentía para anunciar la fe fuera de las puertas, en contextos heterogéneos, donde la presencia tradicional de lo religioso no llega, o llega de manera transformada y enrarecida. Así como el esfuerzo de Pablo por llevar el cristianismo de Jerusalén a las ciudades paganas fue decisivo para la expansión del cristianismo, poniendo el cristianismo en el mapa, hoy la Iglesia necesita de vosotros, queridos digital influencers, para ser levadura de esperanza en estos nuevos espacios de construcción social que son las redes sociales y las redes digitales. Como bien sabéis, hoy la cuestión ya no es si vamos o no a interactuar con la cultura digital, porque eso se ha convertido en un hecho irreversible. El punto de reflexión que se nos impone es saber hacerlo.

"Jesús es una buena noticia. La misión de hoy te pide que habites los nuevos Areópagos. Pide imaginación y valentía para anunciar la fe fuera de las puertas, en contextos heterogéneos, donde la presencia tradicional de lo religioso no llega, o llega de manera transformada y enrarecida"

Entonces, cómo hacerlo? Escuchando el Evangelio, comprendemos que Jesús habla en plural a una comunidad de discípulos. El cristianismo no nos pide heroísmos solitarios, sino la audacia de tejer auténticas relaciones de comunión. La Iglesia es un trabajo en equipo. Por ejemplo, en el pasaje de Hechos escuchamos sobre Pablo, pero también sobre Silas y Timoteo. De hecho, el apóstol aprovechó una red de colaboración misionera y así el cristianismo ganó una movilidad sorprendente en las ciudades del Imperio Romano. A veces, lo que se ve es que las redes sociales funcionan como una burbuja, donde la polarización y el rechazo se normalizan fácilmente. A veces, lo que vemos triunfar es la lógica del espejo y una cierta tribalización del discurso, muy diferente de la misión sinodal que Jesús nos encomienda. Él nos exhorta a caminar hacia los demás. Para eso, tenemos que aprender a reconocer a nuestro prójimo, e incluso a nuestro “prójimo digital”. En este sentido, las Jornadas Mundiales de la Juventud son un gran evento, ya que conectan a más de un millón de jóvenes que se miran cara a cara, para demostrarle al mundo que la guerra, que la dictadura de la indiferencia y la desigualdad entre los seres humanos no son una inevitabilidad. Vosotros, queridos jóvenes, hacéis realidad el sueño del Papa Francisco cuando nos habla de la necesidad de construir una “cultura del encuentro” y nos desafía a protagonizar juntos “el sueño misionero de llegar a todos” (cf. Evangelii Gaudium, 31).

Queridos digital influencers

No escuchéis a los pesimistas profesionales que se alegran de vender ruinas y puestas de sol. Es suficiente mirar a vosotros para sentir que el día amanece. El Santo Padre, hablando a los jóvenes, insiste tanto en que no dejéis que os roben vuestros sueños. Haced sentir vuestra capacidad de soñar, vuestro deseo en el corazón de la Iglesia. Haced sentir que sois la Iglesia. Llenadla de vuestra juventud, de vuestra alegría. Actuad como corresponsables de ella y de su misión. Caminad juntos en unidad, en las diferentes Iglesias locales con vuestros obispos, y en la Iglesia Universal con el Santo Padre. Ayudad a convertir los inviernos en primaveras. Un gran poeta portugués, António Ramos Rosa, escribió en una poesía: “No puedo posponer el amor para otro siglo/... No puedo posponer el corazón”. Gritad lo mismo, queridos jóvenes. Y a la llamada de Cristo, que hoy pasa por vuestras vidas, decid “presente”, “aquí estoy”. Este es tambien el ejemplo y la fuerza que nos da María Santísima. Y nos consagramos a su protección.

"No escuchéis a los pesimistas profesionales que se alegran de vender ruinas y puestas de sol. Es suficiente mirar a vosotros para sentir que el día amanece"

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