Abraham Canales, de la HOAC, aboga por el trabajo libre, creativo, participativo y solidario Fiesta del Trabajador: El trabajo decente es una prioridad humana y de la Iglesia

Por un trabajo digno este 1 de mayo
Por un trabajo digno este 1 de mayo

"El Papa Francisco nos emplaza a todo el pueblo de Dios a comprometernos en promover y defender la dignidad de la persona y el trabajo decente, aquí y ahora, construyendo una nueva cultura: la del encuentro"

En el pontificado de Francisco, el mes de mayo coincide con una mayor instancia en su pensamiento fundamental: el trabajo decente -para un desarrollo sostenible, inclusivo y solidario- es una prioridad humana y de la Iglesia.

Rescato, aunque hay más[1], dos de sus reflexiones elaboradas en este mes: el mensaje del Primero de Mayo de 2013 y a las Asociaciones Cristianas de Trabajadores Cristianos (ACLI) de  2015.

El Primero de Mayo

Cuarenta y ocho días después de aquella “fumata blanca” que anunciaba su nombramiento, Francisco afronta su primera celebración de san José obrero y de la fiesta de los trabajadores, desde la plaza de San Pedro. Subraya la importancia del trabajo en la vida de Jesús, en la vida de la Iglesia y en nuestra propia vida. Presenta a Jesús de Nazaret como un trabajador que «aprende de san José el oficio de carpintero» comparte con él el trabajo, las alegrías y las dificultades de cada día.

Esboza lo que será un rasgo distintivo en todo su pontificado: la concepción del trabajo humano como parte del plan de Dios para el cultivo y cuidado de la creación; y  su papel fundamental para la dignidad de la persona, ya que nos hace semejantes a Dios. Manifiesta su preocupación por el mundo del trabajo y por las personas sin empleo «muchas veces por causa de una concepción economicista de la sociedad, que busca el beneficio egoísta, al margen de los parámetros de la justicia social».

Aquella audiencia es perfectamente extrapolable a la situación actual. Nos llama a preocuparnos por la dignidad de la persona, a no perder la esperanza… y a que Él sea el centro de nuestros pensamientos, atenciones y acciones.

El Papa Francisco saluda a un grupo de trabajadores
El Papa Francisco saluda a un grupo de trabajadores

Características del trabajo: libre, creativo, participativo y solidario

En su reunión con las Asociaciones Cristianas de Trabajadores Cristianos (ACLI), reflexiona sobre el sentido asociativo y comprometido del mundo del trabajo, y las nuevas realidades globales que requieren nuevas respuestas. Denuncia que la excesiva precariedad, el trabajo sin derechos o la falta de trabajo «quita dignidad, impide la plenitud de la vida humana y reclama una respuesta solícita y vigorosa» contra el sistema económico mundial que ha situado en el centro al dios dinero y ha desplazado a la persona. Es la cultura del descarte (EG 53).

Desarrolla en su intervención cuatro características consideradas esenciales para el trabajo decente, expresadas en Evangelii gaudium, 192:

Trabajo libre. «La auténtica libertad del trabajo significa que el hombre [y la mujer], continúan la obra del Creador» extendiendo su presencia en cada persona y en el mundo. Sin embargo, es frecuente que en el trabajo se materialicen mecanismos de opresión y de alineación. Por ello, nos emplaza a hacer todo lo posible para que el trabajo sea instrumento «de esperanza y vida nueva».

Trabajo creativo. Cada persona «lleva en sí una original y única capacidad para sacar de sí y de las personas que trabajan con él el bien que Dios depositó en su corazón. Cada hombre y mujer es “poeta”, capaz de dejar espacio a la creatividad. Poeta quiere decir esto». Expresión de libertad y de creatividad comunitaria que nos permita «un pleno desarrollo económico y social».

Trabajo participativo. Para incidir en la realidad y transformarla, estamos llamados a un trabajo relacional «es decir ver siempre en el fin del trabajo el rostro del otro y la colaboración responsable con otras personas». Frente a esta lógica: la visión economicista, que nos sitúa «como medios y no como fines» hace que se pierda el sentido de continuidad de «la obra de Dios, que está destinada a toda la humanidad, para que todos puedan beneficiarse de ella».

Trabajo solidario. Millones de personas trabajadoras «quieren llevar el pan a casa: no solo comer, sino llevar de comer, esto es la dignidad. El pan para su familia», por lo que se debe ofrecer una respuesta desde el ámbito institucional (Estado, sector privado…), pero también desde la proximidad y solidaridad de cada uno de nosotros: acompañar estas periferias existenciales como primer anuncio... de comunión de vida, de bienes y de acción.

Junto a estas características fundamentales, Francisco aborda tres prioridades que las comunidades de trabajadores cristianos deben atender: ser una referencia para los trabajadores inmigrantes; luchar contra la pobreza, reclamando redes de protección social y un pacto por el trabajo decente; y estudiar y aplicar la Doctrina Social de la Iglesia (DSI) ante los desafíos actuales.

Un quehacer fundamental que nos emplaza a todo el pueblo de Dios a comprometernos en promover y defender la dignidad de la persona y el trabajo decente, aquí y ahora, construyendo una nueva cultura: la del encuentro.

[1].  Cf. No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el Trabajo. Ediciones HOAC, 2018.

El Papa Francisco y el trabajo
El Papa Francisco y el trabajo

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