"No estamos de acuerdo con la marcha de nuestra Iglesia diocesana" ¿Por qué vamos a Arantzazu?
"Nos duele y disgusta también la falta de diálogo, de cercanía y de escucha, que incluso hemos experimentado desde la parroquia Jesús de Nazaret. Todo esto escandaliza a la gente y sobre todo a los fieles, que van abandonando en silencio las parroquias"
"Cuando se celebró el Sínodo de la Familia y se pidió la participación de todas las comunidades, en esta diócesis no se envió trabajo alguno para su preparación; y así, con todo lo que se ha ido sugiriendo desde la Iglesia universal; lo último ha sido el Sínodo de la Amazonia"
"En estos últimos años estamos experimentando que muchos espacios de participación se han roto"
"En estos últimos años estamos experimentando que muchos espacios de participación se han roto"
| Maritere Gorrotxategi en nombre de la Comunidad Carmelita Vedruna de Larratxo, Donostia
Con dolor y mucha tristeza estamos viviendo nuestra realidad diocesana hoy.
El dolor y la tristeza se deben a que en estos últimos años estamos experimentando que muchos espacios de participación se han roto; se estimula solo lo cultual y ritual, se insiste en lo normativo, en un pensamiento único... Se habla poco del Evangelio, no hay preocupación por caminar conjuntamente como creyentes y por cómo vamos entretejiendo entre todas y todos una Iglesia en salida –como dice el Papa Francisco–, acogiendo la diversidad en todos sus aspectos, dentro y fuera de la Iglesia: mujeres, emigrantes, refugiados, personas sin techo...
Por ejemplo, cuando se celebró el Sínodo de la Familia y se pidió la participación de todas las comunidades, en esta diócesis no se envió trabajo alguno para su preparación; y así, con todo lo que se ha ido sugiriendo desde la Iglesia universal; lo último ha sido el Sínodo de la Amazonia con el lema Cuidado de la Casa Común: no hemos recibido ningún aliento para trabajarlo.
Esto no es un caso aislado, es una estrategia diocesana
Nos inquieta recibir noticias de unos lugares y otros, en localidades y parroquias diversas, sobre las formas de actuar de los nuevos párrocos, prescindiendo de las laicas y laicos comprometidos en ellas en la catequesis, en los consejos parroquiales, en la liturgia... porque prefieren sus propios criterios y formas, aprovechando su potestad como clérigos. Esto no es solamente un caso aislado, percibimos que se trata de una estrategia diocesana. Parece no importar el compromiso de tantas y tantos que permanecen fieles a la vida de las comunidades, pero que están desilusionados por esta falta de consideración.
Nos parece que hay una falta de transparencia enorme en lo que se refiere a la economía diocesana. Nos duele y disgusta también la falta de diálogo, de cercanía y de escucha, que incluso hemos experimentado desde la parroquia Jesús de Nazaret. Todo esto escandaliza a la gente y sobre todo a los fieles, que van abandonando en silencio las parroquias.
El día 14 de diciembre, nosotras iremos a Arantzazu a dar GRACIAS al Señor porque El nos acompaña y nos alienta a seguir por los caminos que marca el evangelio, convencidas y ciertas de que Jesús siempre está con nosotros y con su Espíritu nos empuja en nuestras dificultades y retos.
Y a manifestar, al mismo tiempo, que no estamos de acuerdo con la marcha de nuestra Iglesia diocesana. Muchas mujeres y hombres de nuestro barrio seguro que se adhieren a nuestras palabras y sentimientos, porque nos consta que ellas y ellos viven también con dolor y tristeza esta realidad.