¡Viejos son los trapos! Y los viejos, qué somos?
- "Mamá! ¿Qué hago con este trapo?" - "Déjalo por ahí que aún presta servicios".
- ¿Y los viejos? – Déjalos también por ahí. Mientras tengan pensión "pueden prestar servicios".
Pues yo soy viejo, como los trapos: esos mismos que se gastaron su vida sirviéndonos desde jovencitos y ahora quieren tirarlos y apartarlos de la vista. Sí. Yo soy viejo, (usado, como nos dicen ahora en plan gracioso), porque la vida me llegó a esta etapa. Y como tal, quiero que me tratéis. Pero, ¡ojo a la idea que tengamos de esta “vejestoriada”. Ahí radica el problema.
Fui gastando la vida, como los trapos, lo mejor que supe y pude, con los defectos inherentes a todo servicio y con el realismo de los trapos, gastados, pero no inútiles. "Lo esencial es invisible a los ojos”, salvo para quien sana la mirada y aprende a ver desde el corazón, le dijo el Zorro al Principito. Porque ahí están los ojos profundos del "sentido" de las cosas que pasan en el mundo y en la vida. El mundo fue creado y va creciendo en cada instante, desde el corazón, si no se apaga.
No solemos ver vida "con sentido" desde el pesimismo existencial.
Te cuento: Hay dos topónimos en la geografía española que me resultan altamente sugestivos: A "Cruz do Pouso", en Neda, (A Coruña). O "Descargamaría", en la Sierra de Gata. Ambos están en la cima de un camino en un puerto de montaña, después de una caminata grande, llevando consigo históricamente una carga pesada ‘para arreglar la vida’. Muchas veces sin dinero y con lágrimas. Y, a veces, de vacío: porque, “de esta”, ¡no hubo suerte!
Yo ya llegué a la situación vital de" O Pouso": Descargar, posar y reposar. Y mirar toda la amplia panorámica geográfica y vital, hacia atrás y hacia delante Eso significa volver a ver todo lo andado y contemplar también las diversas cargas. Parar. Posar. Pensar. Agradecer. Perdonar y pedir perdón. Sin resentimientos. Y alentar con serenidad con quien llora.
Incluso puedo fantasear y a perderme en el origen de los tiempos para ampliar las perspectivas. Y, como aún tengo aliento, quiero hacer una pequeña deriva y seguir subiendo, despacio, hasta O Castro de Libunca, en el “Coto de Ancos”: lugar de 'mouros' y 'encantos'. Allí, en cuclillas, beberé en la Fonte das Tres Irmás: Laura, Ana e Laureana. Y se hay luna llena y es Noche de San Juan, entonces, eso ya es para un diez.
Desde ese Pouso mítico quiero repasar las más viejas tradiciones de mi ancestral progenie. Desde nuestros mitos seculares y de los arquetipos junguianos: ánima, ánimus, la sombra, la persona, el sí mismo del inconsciente colectivo de esas personas. Y, de dentro a fuera, intentaré asomarme al autoanálisis de las experiencias del niño huérfano que fui y ver cómo me tocó ir atravesando la vida para la 'autorrealización' de la que nos habla A. Maslow
En el retorno, (siempre en el "eterno retorno"), me vuelvo de nuevo a los pies do Cruceiro do Pouso y me siento en sus escaleras. Y experimento que estoy ya en el 'descenso vital'. Y ahora observo que la carga pesa aún más que la que arrastré en la subida, también porque esa ya está realizada.
LO MÁS IMPORTANTE AHORA ES TRABAJAR LA ESPERANZA. No quiero caer en el síndrome de: Alicia y el País de las maravillas. Pero tampoco en el Infierno del Dante, en la Comedia. Quiero mantener La ESPERANZA con letra grande y esencial. Quiero re-mirar todo. Y voy a re-pensarme desde varios miradores:
UNA PRIMERA ATALAYA: Mi EDAD PERSONAL. Ya llega la Navidad y también el Año Nuevo. Estoy en mis primeros meses de viejo 'institucionalizado'. ¡Tengo esa suerte! ¡Estoy muy tranquilo!
Pero desde “O Pouso", también contemplo 'la convivencia'. Y me veo en el descenso que me acompaña. Comenzarán las pérdidas en tromba y en cascada. Ya están ahí. Aprender a desprenderse con visión gozosa y positiva de lo que tanto uno quiere es todo un arte y una ciencia. De eso tengo experiencia sobrada ya desde muy niño. (No conocimos a nuestra madre. Se nos fue antes. ¡Y sin pedirnos permiso!). ¡Y luego, también se nos fueron marchado ya, uno a una, tantos a quienes les debemos todo!
Estoy hablando de familiares. Y de vecinos, amigos, compañeros y compañeras de los trabajos, incluidos los conflictos. Y hablo también del apego a esas cosas, que son sólo diminutas "chilindradas". ¡Pero hay en ellas significados tan fondos! Atiende a esto:
- "Abuela, para que quieres esas fotos con esos viejos que ya nadie sabe quién son". Y vi caer, silenciosa, una lágrima gorda de aquellos “olliños” ya secos, que nadie se ocupó en ir a secar. Solo las recogieron las arenas del suelo das "Cruces do Pouso", tan duras y reales, pero acogedoras y compasivas. Ellas fueron quien de acoger esa lágrima y acariciarla. Y supieron guardarla. Y ¡con qué respeto!
Estos días me dio por volver a la Biblia. Al “Qohélet”: EL Predicador del Eclesiastés: "Et omnia vanitas". Un libro de un maestro de vida y sabiduría humana. Se mueve entre un realismo crítico, cínico, un poco escéptico, y una esperanza que quiere re-orientar la vida propia y de su comunidad: "Kai panta mataiotes": “Y hasta esto puede ser vanidad”.
"Compañero del alma, compañero", dijo Miguel Hernández. ¡Quieres venir conmigo? Te espero en “O CRUCEIRO DO POUSO" para hablar “xuntiños” de la GRANDE ESPERANZA QUE NOS HABITA.
¡Cuántos profetas del miedo! ¡Cuántos "matarifes" de la felicidad y de la alegría de los débiles! "Nuestra alma va ya harta del sarcasmo de los satisfechos y está llena del desprecio de los orgullosos!" (Sal122).
¡Pues, NO! "Dad gloria a Dios y estad siempre dispuestos a dar razón de vuestra esperanza a todo aquel que os pida explicaciones de la vida". (1 Pe 3, 15).
"Racharemos cadeas que nos prenden e faremos fuxir a treboada. falaremos de amor coa nosa xente agardando connosco a mañán clara” (Grupo Fuxan os ventos).
En entregas sucesivas seguiremos preparando las caminatas DESDE OTROS MIARADORES DE LA EXISTENCIA EN ESTE PROCESO “DEL DESCENSO” O “DESCENDIMIENTO”, (como prefieras): "Esa escondida senda por donde han ido los pocos sabios que en él mundo han sido".
¡FELIZ NADAL, FELIZ 2026. FELIZ EPIFANÍA!
¡NOS VEMOS! UN ABRAZO ESPERANZADO.
