Con los organizadores del Premio Zayed por la Fraternidad Humana León: "Las diferentes tradiciones religiosas, al servicio de la fraternidad"
| Rocío Lancho
(Vatican News).- El Papa León ha recibido, esta mañana 11 de diciembre, a los organizadores del Premio Zayed por la Fraternidad Humana. “Es siempre una alegría estar entre personas como vosotros, que ponen los propios talentos, la propia visión y las propias convicciones morales al noble servicio de la fraternidad humana”, ha dicho el Pontífice a los presentes.
Tal y como ha recordado en su discurso, este Premio “nació de un momento crucial en el diálogo interreligioso”: la firma del Documento sobre la Fraternidad Humana por parte del Papa Francisco y del Gran Imán Imam Ahmed Al-Tayeb, con el apoyo de su alteza el Jeque Mohammed bin Zayed Al Nahyan.
Este Premio –ha añadido el Pontífice– subraya que todo ser humano y toda religión está llamada a promover la fraternidad. Y ha recordado las palabras del Papa Francisco: “Las diferentes tradiciones religiosas, recurriendo cada una al propio patrimonio espiritual, pueden aportar una gran contribución al servicio de la fraternidad”.
Por otro lado, León XIV ha indicado que, en un tiempo marcado por el aumento de los conflictos y la división, “necesitamos testigos auténticos de gentileza humana y caridad que nos recuerden que todos somos hermanos y hermanas”.
Las palabras no bastan, ha aseverado. Y citando Dilexi te, el Papa ha afirmado que “hay que alimentar el amor y las convicciones más profundas, y eso se hace con gestos. Permanecer en el mundo de las ideas y las discusiones, sin gestos personales, asiduos y sinceros, sería la perdición de nuestros sueños más preciados”.
Finalmente, el Pontífice ha recordado que el Premio Zayed honra tanto instituciones como individuos que “han realizado acciones concretas para demostrar compasión y solidaridad”, ofreciendo “ejemplos tangibles de cómo podemos promover la fraternidad humana hoy”. Para concluir, León XIV ha asegurado su oración a todos los presentes y los ha animado a “perseverar en este noble trabajo”, confiando en que sus esfuerzos “sigan dando fruto para el bien de la familia humana”.
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