Bienaventuranzas de las personas ancianas

Bienaventuranzas de las personas ancianas
Bienaventuranzas de las personas ancianas

Felices quienes se han esforzado en mejorar su propio mundo, pensando en el futuro de la Tierra que es el de los hijos de sus hijos.   

Felices quienes no han derrochado ni les han dominado los bienes materiales: dejarán en herencia únicamente el testimonio de su propia vida.

Felices quienes han mantenido abierta su mente hacia todo lo positivo que podía ayudar a mejorar la vida de las personas con las que han convivido.

Felices quienes no se han dejado aferrar por las tradiciones y han permanecido despiertos ante la novedad de cada día; quienes se han equivocado y humildemente han sabido rectificar.

Felices quienes han vivido una larga vida, tejida de alegrías que han disfrutado al máximo y penas que les han ayudado a madurar y a crecer como personas.

Felices quienes disfrutan los últimos años de la vida siendo agradecidos, compartiendo sabiduría, cuidado, consejos, dulzura, serenidad y alegría.

Felices quienes disfrutan cada momento con la familia, con cada viaje, con los amigos y amigas, con cada nuevo amanecer y con la luna que ilumina su esperanza.

Felices quienes pueden dejar en los demás un buen recuerdo, quienes han mantenido la paz y la sonrisa, quienes han desgastado su corazón amando a los demás sin esperar ninguna recompensa.

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