Padre y Madre nuestra del Camino

Padre y Madre nuestra del Camino
Padre y Madre nuestra del Camino

Padre y Madre buena y entrañable, que estás siempre en el camino de nuestra vida, en el sendero que nos conduce a los demás, en la vereda hacia el cielo del encuentro y de nuestro propio corazón.

Tu nombre solo es bendecido cuando nuestros caminos se cruzan con los de los demás, cuando nos conducen al encuentro, al abrazo, para devolver la dignidad a las personas caídas en las cunetas de la vida.

Cumplimos tu voluntad de llevar felicidad y plenitud, cuando construimos con nuestro compromiso el camino hacia otro mundo posible, tu Reinado de paz, justicia y fraternidad/sororidad ya en nuestra tierra, desde el espíritu de las Bienaventuranzas que nos mostró Jesús con su propia vida.

En este camino hacia la felicidad en común tenemos que compartir lo que somos y tenemos, y trabajar para que los seres humanos puedan vivir con dignidad en todos los ámbitos de su vida, compartiendo la misma mesa, el mismo pan y brindando con el vino de la común humanidad.

El perdón, la reconciliación, la compasión y la generosidad deben alfombrar el itinerario para solucionar los conflictos y caminar hacia la reconciliación y la paz.

Te pedimos, Dios de la Vida y de todos los Caminos que conducen a ti, que nos ayudes a no caer en la comodidad, el individualismo y la apatía, marchando siempre hacia el encuentro con los demás, luchando contra la opresión, la exclusión, la violencia y buscando así el camino de la paz, que siempre va unida a la justicia, para el bien de toda la humanidad, de la Madre Tierra y de todo el Universo. Amén.

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