El carnaval de la superficialidad (salmo 35)

El carnaval de la superficialidad (salmo 35)
El carnaval de la superficialidad (salmo 35)

Jesús dijo que nuestras palabras

no deberían ir más allá del sí o el no.

Pero en nuestro mundo

el ocultamiento se está convirtiendo

en la máscara que recubre muchos rostros

e instituciones de toda clase,

hasta no llegar a saber si sus palabras

son sinceras o un embuste continuo.

Las finanzas, la clase política,

los medios de comunicación,

los organismos internacionales,

las vidas de las estrellas famosas,

las mentiras y los agasajos que hay que hacer

para medrar y apartar a quien

se oponga en su camino,

son la meditación de cada noche

y la fachada de su obrar durante el día.

No tienen respeto a nadie, ni a los demás,

ni a sí mismos. Solo les importa

mantener la propia imagen y su estatus social.

Pero en medio de este carnaval de la superficialidad,

también hay otras muchas personas que te alaban cada día:

“En ti, mi Dios, está la fuente viva de la felicidad,

y tu luz nos hace ver la luz”.

Ayúdanos a mantenernos apartados

de tanta insensatez y apariencias,

que seamos los alegres mensajeros

de tu amor y de tu ternura,

que sepamos proclamar la verdad y cumplir tu voluntad

(que es la auténtica libertad y dignidad

para todo el género humano),

con creatividad, decisión y tolerancia.

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