Hazte socio/a
Última hora
Comienzan a cerrar las puertas jubilares

El manantial de las lágrimas

El manantial de las lágrimas

Fue la última gota que derramó

su inaudita y naciente altivez

y que enjugó el manantial de las lágrimas.

No volvió su mirada hacia aquel ser

insensible, desalmado.

El desprecio y la indiferencia conquistó

una nueva plaza al tiempo y su quebranto.

Un fulgor en la mirada despejó

un desconocido e incierto amanecer,

que dejó atrás la cárdena, encallecida

noche del silencio y el espanto,

que habitaron durante demasiado tiempo

las tinieblas de la calle Olvido.

También te puede interesar

Lo último

Navidad en Pakayaku, en las riberas del río Bobonaza, Amazonía ecuatoriana

Dios ñukanchiwan, Dios con nosotros

Octava de Navidad

30 de diciembre