Para tener un sitio en el país de la vida (salmo 33)

Para tener un sitio en el país de la vida (salmo 33)
Para tener un sitio en el país de la vida (salmo 33)

Te doy gracias, buen Dios,

en cada momento de mi vida,

mi espíritu solo puede regocijarse en ti.

Hoy también te bendigo, Padre y Madre,

porque nos has regalado

tu misericordia permanentemente,

porque has revelado tu verdad

a los más pequeños

y se la has ocultado a los poderosos.

Simplemente porque así te ha parecido bien.

Las personas más humildes de la tierra ya te contemplan,

y sus rostros, como el de Moisés al bajar

de la montaña sagrada, están radiantes.

Nunca os avergoncéis de tener a Dios

por vuestro guía y defensor.

Experimentad la bondad dela Divinidad

y seréis por siempre dichosos;

si os acogéis en su regazo, nunca os defraudará.

Quienes amáis la vida

y deseáis días más prósperos y felices

para vosotros y vuestra posteridad,

sois ya los artífices de un mundo en paz,

justo, libre y reconciliado;

vosotros, que sois los preferidos del Señor.

Quienes les odian y procuran la injusticia

contra los más débiles,

quedarán presos de su propia maldad y,

para liberarse, deberán reparar su injusticia,

para que los oprimidos y Dios, su defensor,

les perdonen sus violencias, sus abusos,

y así tengan también un sitio en el país de la vida.

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