Límpiame el espejo con que copio este mundo Baja a mi noche

Baja a mi noche
Baja a mi noche

Vuelve a casa, mi amigo, enciende tu fogata saca el pan con que hornas la ternura, y el vino con que sangras de nuevo entre misiles, que hace tiempo que no encuentro la risa sentados en la mesa de tu cuarto de estar.

BAJA A MI NOCHE

Baja ahora a mi noche con la piedad del beso
con que posa en la hoja la gota de rocío
y límpiame el espejo con que copio este mundo
de tristeza de niños sin niñez
y ancianos sin arropo.

Cántame tu nana, Señor, que tengo miedo
a las sombras que tejen los dueños del dinero
y a la frialdad de campos que engendran
rascacielos con índices nikeis e ibex trentaicinco,
cuando las flores huyen y los pájaros mueren
sin ramas protectoras.

Desándame el camino, que, perdidos sin norte,
escarbamos asfaltos en busca de esperanza.

Vuelve a casa, mi amigo, enciende tu fogata
saca el pan con que hornas la ternura, y el vino
con que sangras de nuevo entre misiles,
que hace tiempo que no encuentro la risa
sentados en la mesa de tu cuarto de estar.

Me falta la cretona y el canto del jilguero,
la tisana y la tarta, un calor de merienda
y el croché de la abuela, sentada en su butaca
y su nube sin tiempo.
Que la tele no grite
zafiedades al aire y noticias que abruman
al corazón exhausto.

Salgamos a correr.


Pedro Miguel Lamet

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