El ahora ancho de Dios siempre es, no se deteriora. Miércoles de ceniza: "Polvo enamorado"

Miércoles de ceniza: "Polvo enamorado"
Miércoles de ceniza: "Polvo enamorado"

Los cuatro significados de "ceniza" ayudan a la meditación.

Cuando ardo y me fundo en el fuego del amor, produzco una combustión completa por la que me pierdo en el Fuego, a través de la perdida de mi yo en el gran “Yo soy”.

En este miércoles en que comienza la Cuaresma, camino hacia la Pascua, encuentro estos significados de la palabra Ceniza:

ceniza (del b.l. cinisia) f. Polvo mineral de color gris claro que queda como residuo de una combustión completa.
fig. Residuos de un cadáver, restos mortales.
fig. Memoria o recuerdo de los difuntos.
Reducir una cosa a cenizas. loc. fig. Destruirla, reducirla a partes muy menudas.
GEOL. ceniza volcánica Conjunto de los materiales más finos arrojados por un volcán.
Y así me ayudan a la meditación:
Cuando ardo y me fundo en el fuego del amor, produzco una combustión completa por la que me pierdo en el Fuego, a través de la perdida de mi yo en el gran “Yo soy”.
Seré polvo, “mas polvo enamorado”. (Quevedo)
Recuerdo a los que se han ido. ¿Solo son ceniza? Cambiaron de forma. Los siento aletear a mi lado, me ayudan, su memoria no es solo pensamiento. Son luz, parte de mi fuego.
Los objetos, las casas, la realidad física están en continuo cambio. No vale, pues, la pena afincarse en las cosas, al patrimonio, la finca o la parcela que se reduce a”partes menudas”.
El ahora ancho de Dios siempre es, no se deteriora.
De mí quedará en este mundo lo que arroja el volcán. Pero entonces yo habré despertado a tu fuego, Señor, seré chispa de tu incendio. Enséñame a vivir ahora con esa conciencia y a prepararme esta Cuaresma para la Resurrección que, sin percibirla ya soy.
Quizás por eso la fórmula litúrgica cambió: “Convertíos y creed en el Evangelio”. Quémate por amor lo transitorio y, al menos a ratos y gracias al silencio, vive la Vida de la vida.
AMOR CONSTANTE, MÁS ALLÁ DE LA MUERTE
Francisco de Quevedo
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía,
hora a su afán ansioso lisonjera;
mas no, de esotra parte en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
medulas que han gloriosamente ardido,
su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.
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