Llamar a alguien por su nombre es resucitarle María, Rabboni: ¡Cómo suena tu nombre!

El poder resucitador de un nombre
El poder resucitador de un nombre

El arte de tocar por dentro

¡CÓMO SUENA TU NOMBRE!

No hay nada que resuene como el nombre
de labios del amado, de tal suerte
que resucite el alma, te haga fuerte,
te toque las entrañas y te asombre,

herida de dolor, cuando aquel hombre,
jardinero del huerto de la muerte,
hizo vibrar el aire frío e inerte
y te llamó “María” sin renombre.

¡Oh qué riada de recuerdos vino
hasta anegar de sueños el momento
y estrechar en sus pies esa presencia

que es abrazar lo humano y lo divino!
Tu Rabboni desenterró la ausencia
y nuestro amor cristalizó en el viento.

Pedro Miguel Lamet

¡Feliz Pascua a todos!

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