Los jesuitas portugueses crean un nuevo modelo de parroquia Un diácono permanente casado encargado de una parroquia en el Algarve
Los jesuitas de Portugal han creado un nuevo modelo de parroquia en el Algarve
El diácono permanente es el responsable parroquial ayudado puntualmente por la Compañía en la administración de sacramentos
Con ello piensan se conseguirá una mayor participación de la comunidad y una presencia constante de un responsable de la Iglesia en el pueblo.
Con ello piensan se conseguirá una mayor participación de la comunidad y una presencia constante de un responsable de la Iglesia en el pueblo.
| Pedro Miguel Lamet
Los jesuitas de Portugal han creado un nuevo modelo de parroquia en el sur del país, en la población de Odiáxere, situada en el Algarve. Consiste en una fórmula diferente de la tradicional por la cual conceden toda la responsabilidad parroquial a un diácono permanente casado, Nuno Francisco, que será la persona de referencia, aunque formalmente son los jesuitas Domingos Monteiro da Costa, Nuno Tovar de Lemos y Francisco Campos los titulares de la parroquia, que viven en una comunidades cercanas y se ocupan de impartir los sacramentos, visitarles y apoyarles en todo lo que necesiten.
Esta nueva fórmula de parroquia acaba de ser confiada a la Compañía de Jesús el pasado 18 de noviembre.
Los creadores del nuevo modo de servicio parroquial están convencidos de que así, dada la escasez de vocaciones, se conseguirá una mayor participación de la comunidad y una presencia constante de un responsable de la Iglesia en el pueblo.
El diácono Nuno Francisco y su esposa forman parte de un grupo de parejas y familias, que desde su adolescencia han recibido formación catequética y pastoral en la parroquia de Mexilhoeira Grande, gracias a la labor del padre Domingos Monteiro da Costa, SJ. La presencia de la Compañía de Jesús en el Algarve continúa al mismo tiempos en Portimao y Mexilhoeira Grande.
En estos momentos de crisis vocacional y escasez de recursos, la imaginación es un camino para obtener soluciones. Si en América Latina y África los diáconos permanentes desarrollan una gran labor, en los países europeos son aún escasos.
Esta fórmula, mientras no se consiga la ordenación de hombres casados, es al menos una manera de mantener una presencia continua de la Iglesia y una mayor participación desde abajo.