Morir y amanecer cada día En la entraña de un mundo que no entiendo

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IMG_0153 Pedro Miguel Lamet

Un poema para vivir la paradoja de un mundo incoprensible

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IMG_0153 Pedro Miguel Lamet

AMANECER

Con el frescor primero, como un canto,

nacían los colores  a la vida

desde el sol desleído en rosa pálido;

y agorera la noche despedía

aquella sombra que dejó tu llanto,

aquella sombra que muere cada noche,

cuando se duerme el cuerpo,

y el alma sin quebranto

vaga sola buscando entre las nubes

el cobijo que le de un abrazo

por ensayar cada día este estar muerto

que es vivir sin vivir el desencanto;

y para luego despertar contigo

y mirar desde el alba el rostro amado

en que nací a luz, por siempre amanecido,

oh Dios que habitas de amor acurrucado

en la entraña de un mundo que no entiendo

y en el secreto temblor de mi regazo.

Pedro Miguel Lamet

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