LA NOCHEBUENA DEL ALMA
Cuando anochece cada noche oscura
y busco entre las sombras un camino
para aliviar la duda, el desatino
que es no encontrar la luz en la locura
de un mundo que se ofusca y se tortura
por detener el tiempo en torbellino
mientras lloro su ausencia de destino,
solo tu llanto enciende mi ternura
al devolverme el niño que he perdido
y descubrir que dentro de mi alma
hay un pesebre pobre que te espera,
un hogar de silencios y de calma
donde Tú estabas sin que yo supiera
que de mi cuna nunca te habías ido.
Pedro Miguel Lamet, SJ