Testigos de Cristo, constructores de un mundo nuevo Profesores de religión en la trinchera, héroes olvidados de un sistema en crisis.

Seminaristas de Madrid
Seminaristas de Madrid

lo valioso del encuentro fue escuchar a personas con largas trayectorias en el aula que con renovado entusiasmo... gente de diversos países latinoamericanos y distintos lugares de España

avalancha de recursos creativos para lograr una mejor comprensión y comunicación de lo que hemos recibido...Una organización estupenda

En la tarea de la enseñanza de la religión hay que invertir en el profesor de religión, quererlo, acompañarlo y no dejarlo casi solo como está actualmente.

Nuestros alumnos ya vienen formateados por una cultura del descarte, del entretenimiento hasta el fin, del narcisismo sin pausa.

Algunos creen bienintencionadamente que dar religión es un privilegio manejado por el clero y que deberíamos renunciar a ello como muestra de una especie de desprendimiento evangélico. Los invito a pisar las aulas todos los días del año y verán que la comprensión del ser humano comienza aquí, como en pocas partes.

Encuentro iberoamericano de profesores de Religión

Lo más valioso del encuentro fue escuchar a personas con largas trayectorias en el aula que con renovado entusiasmo en el Señor nos transmitieron su experiencia para renovar nuestra tarea docente y religiosa. Mucha gente de diversos países latinoamericanos y distintos lugares de España. Los que tienen el dinero, cuando quieren hacer las cosas bien, lo logran.

También fue valioso acceder a una avalancha de recursos creativos para lograr una mejor comprensión y comunicación de lo que hemos recibido. Aunque por momentos, al final, parecía una romería donde se mezclaba un poco el marketing de las grandes empresas del templo educativo con otras pequeñas hechas a pulmón. No importa, para eso está la sabiduría y el discernimiento de las lámparas a las que aludió Pablo D´ors y que ningún curso puede reemplazar.

Encuentro iberoamericano

Una organización estupenda. Siete horas casi sin parar, sin perder la atención y casi sin dormir. De todos los cursos que asistí en mi vida, ninguno tan técnicamente aprovechado como este. No voy a las salidas de cultura religiosa del sábado y el domingo, pero me arrepiento.

El nuncio comenzó bien y discreto, puntualizando el papel de la familia (como la concibe hace miles de años la civilización judeo-cristiana y casi todas las religiones y culturas habidas y por haber… si sobrevivimos a esta furibunda época woke), asignándole, por supuesto, el papel principal de la formación religiosa y la función colaboradora -de cualquier tipo de escuela- con esta primera sociedad contemplada por la Doctrina social de la Iglesia a partir de la dignidad humana.

Como decía uno de los exponentes, el método ver, juzgar (iluminar) y actuar nos lleva a modificar lo que hemos visto, a ser constructores del Reino de Dios en el mundo que hemos contemplado con sus luces y sombras desde el Evangelio y las ciencias humanas. No hay mayor alegría que trabajar en el Reino y cuanto comencemos, mejor. No trabajamos por la paga, “ni nos mueve el infierno tan temido” (Santa Teresa).

En las escuelas vivimos el agobio cotidiano de la burocracia, que quienes enseñamos, fácilmente percibimos que están hechas por gente que en su vida ha pisado un aula ni ha enseñado en vivo y en directo a adolescentes, por más que se haya sacado algún doctorado, sean amigos de algún político y que lo ayuden con su sanata ideológica impuesta desde el poder estatal para "hacer un mundo mejor".

Teorías sin experiencia de la realidad

También estamos cansados en el campo de la educación y de la iglesia, de teóricos que vienen con sus fórmulas magistrales a decirle a quienes todos los días se ganan el pan en el frente de batalla, cómo tienen que hacer. Y no es que no valore la teoría, es indispensable puesto que la capacidad de abstracción nos define como seres pensantes que no viven al vaivén de las emociones manipuladas por otros. Me refiero a una teoría que no ha nacido de la experiencia de la realidad, a una teología que no le ha tocado estar en las periferias para arrodillarse frente al Cristo crucificado en los confines existenciales del sufrimiento y el descarte. Hay algunos que la periferia nos vino “de serie”, pero otros deberán buscarla para ir a auxiliarla con sus talentos, si no quieren acabar como Epulón.

Decía Max Weber, uno de los padres de la sociología, que la tarea principal de la burocracia (el gobierno de y desde los escritorios) consiste en reproducirse para así legitimar su existencia. Ojalá no ocurra en la Iglesia, que no se juzgue con tanta facilidad desde una teoría sin vida, lo que hacen esos héroes cotidianos que son los profesores de religión, muchas veces sin apoyo de sus pastores, de los directores de los centros que solo quieren cumplir con papeles, de la aversión de sus compañeros docentes adscriptos a la cultura dominante y de los alumnos que vienen a la escuela con un desinterés que ni la religión ni las demás materias pueden levantar por arte de magia en esta época.

Me gustaron mucho esas experiencias que conectan el arte y museos con la clase de religión, que nos hacen valorar la huella del más olvidado de los trascendentales y vía privilegiada para la búsqueda de lo divino: el Pulcrhum (la belleza). También el rescate del flamenco como experiencia colectiva de raigambre cristiana y todas las otras experiencias. Fabulosas. Estoy esperando el prometido video para verlo nuevamente y anotar páginas web y otros aportes.

Invertir en el profesor de religión

Creo que en la tarea de la enseñanza de la religión hay que invertir en el profesor de religión, quererlo, acompañarlo y no dejarlo casi solo como está actualmente. El cura, aún el más malhumorado, suele estar en su parroquia con un sueldo exiguo, pero asegurado de por vida con otras atenciones, rodeado de sus fans de sacristía. De una u otra manera, siempre tiene el apoyo de un grupito que cultiva su sesgo cognoscitivo clerical para ver la realidad desde allí. El profesor de religión -cuando no es un cura que engrosa su salario- la está peleando todo el tiempo en la trinchera y termina su trayectoria sin pena ni olvido, como dice el tango.

No en vano Aristóteles considera a la Prudencia la primera de las virtudes cardinales y el mismo lugar le reserva Santo Tomás de Aquino después de considerar las teologales. Es la virtud que como toda virtud no se logra por azar o una emoción pasajera, sino con la repetición consciente de actos prudentes que luego nos facilitan y llenan de gusto el buen obrar. Es bajar los grandes principios a la realidad concreta, cotidiana, donde juegan numerosos factores -porque la realidad es un poliedro-. Nadie más capacitado en este campo que el profesor de religión, que enfrenta cara a cara, todos los días del año a los adolescentes en vivo y en directo, signos de los tiempos a cal y canto. No se la cuentan, él los percibe, la ama, los padece y desconcertado acaba cada clase con la frase final del poema Grabriela Mistral: “¿serviste hoy?”.

Difícil tarea

Que no cunda el irenismo ingenuo, estamos en medio de una cultura condicionada por el paradigma tecnocrático, como nos enseña a proféticamente Francisco en el cap III de Laudato Si. Nuestros alumnos ya vienen formateados por una cultura del descarte, del entretenimiento hasta el fin, del narcisismo sin pausa. No son unas esponjas ávidas de la luz del Evangelio, ni se dan cuenta del papel de las religiones en esta sociedad consumista e irreligiosa. Tampoco cuentan con la predisposición para dejarse iluminar, son raros casos en el aula, con ninguna posibilidad de influenciar sobre sus compañeros de quienes prestan atención. Son la minoría silenciosa. Hay que ser muy carismático para revertir estos procesos en un lugar. A los que somos medio brutos como los apóstoles que Jesús eligió, por más que nos la pasemos estudiando y viendo otras experiencias, nos cuesta.   

Como dice Alejandro González-Varas Ibáñez en su libro que recomiendo (La enseñanza de la religión en Europa) “La religión ha contribuido de un modo decisivo en la conformación de la historia y de la cultura de todos los pueblos” y como afirma uno de los expositores del encuentro en otra de sus notas: “Yo creo que la crisis central actualmente en la escuela es que hemos perdido claridad sobre los fines de qué es una persona educada. Hoy, si preguntásemos cuáles son los fines de la Educación, nos vendrían con la teoría de las competencias (de buró), pero son tantas, tan difíciles de evaluar, tan complejas… y continuamente se están modificando” (Gregorio Luri).

Algunos creen bienintencionadamente que dar religión es un privilegio manejado por el clero y que deberíamos renunciar a ello como muestra de una especie de desprendimiento evangélico. Los invito a pisar las aulas todos los días del año y verán que la comprensión del ser humano comienza aquí, como en pocas partes.

Comunión de religiones en la enseñanza de la religión

Al final estuvieron magistrales los representantes católico, evangélico, musulmán y judío porteño por vídeo, con la valoración positiva de la enseñanza de la religión en las escuelas en los distintos países. Coincidieron que “con su estudio contribuye a la integración de las minorías religiosas y culturales en un país, a la estabilidad y la convivencia social, además de evitar riesgos de integrismos o de extremismos de origen religioso”.

Casi todos los países de Europa tienen horas de religión, con distintas perspectivas y en varios casos con muchas más horas e incidencia. Así que a no creerse que eso de la clase de religión lo inventó un conocido dictador del siglo pasado.

Religión: Herencia y misión

Ortega diferenciaba entre el descendiente y el heredero. Nosotros somos todos descendientes de los españoles del Siglo de Oro, pero para ser heredero has de estar en disposición de reclamar una herencia. El destino de un heredero que ha perdido una herencia porque no sabía que le pertenecía es un destino tristísimo. Yo lo que estoy diciendo es: “Queridos amigos, tenemos una herencia enorme que nos pertenece. No renunciemos a ella por ignorancia” Gregorio Luri

La enseñanza de la religión es una herencia que nos motiva a continuar con mucho sentido, en el Camino.

Poliedroyperiferia@gmail.com 

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