La esperanza en este verano

No hace tanto el verano no era sinónimo de tiempo de descanso, sino de recogida de la cosecha. No obstante, siguiendo el curso escolar es un buen tiempo para un sano parón y hacer recuento de nuestra propia cosecha durante este larguísimo tiempo por culpa del dichoso virus que tanto dolor y desesperanza está causando.

Yo también voy a parar dos semanas en mis reflexiones en este Punto de encuentro con la esperanza de volver al mejos más esperanzado y abierto a la realidad del nuevo periodo que se abrirá ante nosotros.

Lo mejor de todo es que nosotros descansamos, pero Dios no descansa en su amor. Nosotros dormimos mientras Dios vela por nosotros. Qué paz se manifiesta en mi interior cuando siento estas realidades. eL Espíritu no descansa y vela siempre no solo por mí; lo hace por todos y por todas, grandes y pequeños, buenos y no tan buenos. En vacaciones Dios sigue de guardia sin desmayar en su amor incondicional. Esta es nuestra fe que azuza nuestro compromiso para ser instrumentos de paz para otros. Esta es nuestra esperanza.

Acabo con esta reflexión de Pedro Casaldáliga, apóstol donde los haya de la verdadera esperanza, ahora que trata de salir adelante en un hospital después de haberlo dado todo a todos en su Brasil querido.

Pdta. Leo que que ha fallecido. En gloria está el llamado, con razón, "obispo del pueblo". 

Sus versos, más actuales que nunca:

Yo me atengo a lo dicho:

La justicia.

A pesar de la ley y la costumbre,

A pesar del dinero y la limosna.

La humanidad,

Para ser yo, verdadero.

La libertad,

Para ser hombre.

Y la pobreza

Para ser libre.

La fe, cristiana

Para andar de noche.

Y, sobre todo, para andar de día.

Y en todo caso hermanos,

Yo me atengo a lo dicho:

¡La esperanza!

                               Pedro Casaldáliga

Feliz agosto a todos y todas.

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