La indiferencia: un peligro dentro de la Iglesia

Hace unos días, nos enteramos de que una tertulia del pasado febrero en YouTube, con seis curas de protagonistas, tuvo algo especial, y no precisamente de ejemplo cuaresmal. En primer lugar, llama la atención el nombre de dicho encuentro mediático semanal: Sacristía de la Vendée, autodenominada ´tertulia sacerdotal contrarrevolucionaria´. En segundo lugar, sobre todo, que sus componentes rezaban mucho para que el Papa Francisco se vaya al cielo cuanto antes.

Incluso hubo quien apostilló que "Somos muchos con esa intención" y el conductor de la tertulia lo rubricó diciendo: "Pues a ver si rezamos más fuerte", mientras se escuchaban risas cómplices de fondo. Posteriormente, alguno se permitió completar lo anterior afirmando que “ellos están a favor de defender la memoria de Francisco Franco, porque salvó a la Iglesia española del exterminio”.  Los participantes pertenecen a la diócesis de Toledo (tres), Almería, México y Estados Unidos.

En una nota remitida a los medios, la archidiócesis de Toledo ha mostrado su “profundo rechazo” por esas manifestaciones. y exige a estos sacerdotes “la necesidad de pedir perdón por tales declaraciones que lesionan la comunión de la Iglesia y escandalizan al Pueblo de Dios”, dejando abierta la puerta a “otras medidas”.

En vista de la polvareda levantada, los protagonistas expresaron que "Nos duele haber podido confundir a las almas sencillas que encuentran en nuestro programa formación y consuelo". Pero no han pedido perdón sino que han calificado su comportamineto de “desliz” y de “mal gusto” las opiniones vertidas, dichas "en tono de humor”.

Qué vamos a esperar de algunos presbíteros si el cardenal Gerhard Müller, que fue prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha llamado hereje al Papa. Estamos en Cuaresma, tiempo de perdón y misericordia, de ejemplaridad y servicio, a la manera de Jesús de Nazaret. El nos habló de la mansedumbre de corazón y de actitud humilde como signos de Buena Noticia. Pero también nos dice que no podemos callar ante las injusticias, y resuena con fuerza el pecado de omisión que a veces causa tanto daño.

Por eso no me limito a divulgar estos atropellos verbales, cada vez más frecuentes, que no tienen la correspondiente denuncia profética a las críticas injustas cada vez que la Iglesia católica se abre a dar pasos firmes por la senda del Evangelio, acompasando el paso al de los excluidos. El escándalo que provocan curas de este perfil hace muchísimo daño a la evangelización, difuminando cualquier traza de buena noticia.

No en mi nombre que estos mensajes se difundan gracias a la pasividad de unos y el  apoyo económico de diferentes grupos ultraconservadores. En España se financian a través de Vox y de Hazte Oir, vinculados al grupo mejicano llamado Organización Nacional del Yunque, con tintes paramilitares de sesgo fascista y sectario, cuyos componentes se definen como ultra católicos.

Una cosa es la prudencia necesaria, y otra dejar que semejante ideología nada evangélica se desparrame por las redes sociales con toda normalidad por personas consagradas con responsabilidades pastorales. Han lleado a la desvergüenza de hacer risas en público con las ganas que tienen de que Francisco se muera de una vez para darle una oportunidad a una Iglesia que añora la dictadura y bendiga su ideología; en España y en los países con dictaduras en países americanos. Muchos estamos esperando que pidan perdón por semejante pecado estructural de colaboración con dictadores.

Si estos seis curas no han querido retractarse con humildad por sus declaraciones, a instancias del arzobispo de Toledo, ¿qué podemos esperar de tanto jerarca silente con quienes se comportan en plan ariete de todo lo que construye Francisco? ¡Qué miedo me da la indiferencia! Martin Luther King lo expresó en una frase que debiéramos repetir a menudo en esta Cuaresma: "No me estremece la maldad de los malos, sino la indiferencia de los buenos." Con la indiferencia ante la maldad, a veces revestida de estupidez, no es posible apostar por el amor. Tomemos nota.

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