"Los fieles no somos ovejas mudas: somos parte esencial también de la Iglesia" ¿Puede un católico ser crítico con nuestra Jerarquía?

Mitras
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La Jerarquía es esencial en la Iglesia fundada por Jesucristo. Pero ellos no son “la” Iglesia, sino la parte dirigente. Infalibles en algunas circunstancias que no es necesario ahora exponer por ser de todos conocidas

Nosotros los fieles, clérigos o no, somos los “discentes”, sí, pero no como ovejas mudas: somos parte esencial también de la Iglesia, necesarios, con inteligencia, con voluntad, personas cabales

Nuestra misma Jerarquía necesita dialogar con la gente de bien, con los creyentes, constatar su opinión con la de ellos. Y en la Iglesia necesitamos católicos críticos

El cristiano – me parece a mí – no debe estar mudo, ciego, sordo e idiotizado; no puede ser como un papanatas diciendo a todo, amén, amén

¿Puede un católico ser crítico con nuestra Jerarquía?

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Voy a exponer con prudencia mi criterio en este aspecto. Ante todo, la Jerarquía es esencial en la Iglesia fundada por Jesucristo. Pero ellos no son “la” Iglesia, sino la parte dirigente. Infalibles en algunas circunstancias que no es necesario ahora exponer por ser de todos conocidas. La Jerarquía, es decir: el Papa solo; y los obispos unidos al Papa constituyen la Iglesia docente y directiva de todo el catolicismo.

Nosotros los fieles, clérigos o no, somos los “discentes”, sí, pero no como ovejas mudas: somos parte esencial también de la Iglesia, necesarios, con inteligencia, con voluntad, personas cabales. El Concilio Vaticano II ha hablado mucho de esto y no voy a darle más vueltas.

Esto supuesto, aquí viene la cuestión: Nuestra Iglesia docente siempre ha sido fiel a la transmisión del dogma; y lo será hasta la consumación de los siglos. Es la prerrogativa concedida por el mismo Jesús a Pedro y al Colegio Apostólico. Completamente distinto es el problema de la ortopraxis. No existe la palabra “ortopraxis” en el diccionario de la Real Academia Española. Significa en el lenguaje eclesial la coherencia de la revelación, del Evangelio, del dogma con la práctica de tipo disciplinar o relacional.

 A lo largo de la Historia la ortopraxis jerárquica ha sido muy deficiente. A primera vista recordamos en este aspecto los largos siglos de inquisición; las leyes, enjuiciamientos, castigos hacia aquellos a quienes se consideraba herejes o próximos a la herejía. Ha habido masacres. Es verdad que los dirigentes eclesiales no enviaban a nadie a la hoguera, pero a quienes juzgaban dignos de ella por herejes, presenciaban las torturas…, por fin lo relajaban, esa era la palabra terrible. Después los entregaban al poder civil para que les aplicara la pena.

 Digo este hecho de la inquisición porque es de sobra conocido.

Pero también hoy y en todos los siglos existen incoherencias entre el dogma y la vida de la Iglesia, dirigida por la Jerarquía. Hace algunos días expuse con más amplitud algunos temas relacionados con flaqueza por parte de nuestra Jerarquía en la ortopraxis en mi blog. Esto supuesto, el cristiano – me parece a mí – no debe estar mudo, ciego, sordo e idiotizado; no puede ser como un papanatas diciendo a todo, amén, amén. Nuestra misma Jerarquía necesita dialogar con la gente de bien, con los creyentes, constatar su opinión con la de ellos. Y en la Iglesia necesitamos católicos críticos.

Los obispos españoles, en Plenaria
Los obispos españoles, en Plenaria

A lo largo de la Historia nuestra Jerarquía ha tenido muchos fallos. Ha habido muchos obispos santos, pero otros muchísimos que dejaban mucho que desear: políticos, guerreros, amigos del poder civil, con riquezas enormes… Incluso todos conocemos papas malos de verdad.

Lutero se pasó; tal vez pecó de soberbia, cuando pretendió reformar la Iglesia por la tremenda, como si él fuera jefe, medio Mesías. Ahí falló. Hoy día hemos de rezar mucho por nuestros Obispos, pero no sólo eso. Hemos de hacerles ver nuestra opinión sobre ellos. Sin insultar, con educación y respeto, con mansedumbre, pero con constancia. A eso llamo yo crítica positiva.

Es mucho lo que nos estamos jugando en el Reino de Dios: en el Viejo Mundo cada vez tiene menos influencia la Iglesia de Jesús. Orar, orar mucho, pero también mostrar a nuestros queridos jerarcas nuestra inquietud; animarles a la santidad, a que no se defiendan con mitra y báculo, a que se consideren de verdad “siervos de los siervos de Dios”, hijos de Dios con mayor responsabilidad, sin ser distantes, sin ser dictadores, con el amor por delante, con humildad, con mucha humildad, sin soñar en puestos de mayor relumbrón, que es una tentación constante para todos que ostentan el poder.

El Papa y la Curia romana
El Papa y la Curia romana

Así pues, católicos críticos, sí. Exponerlo como podamos. Yo intento hacerlo desde esta pequeña palestra. Respetando al cien por cien la ortodoxia que no hemos de intentar cambiar: ellos son quienes han de mostrar, y dar en su caso alguna interpretación al dogma. Pero en cuanto a la ortopraxis, la coherencia entre el dogma y la praxis eclesial: ahí sí, ahí está nuestro campo para crítica constructiva.

José María Lorenzo Amelibia                                         Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com              Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/  Puedes solicitar mi amistad en Facebook https://www.facebook.com/josemari.lorenzoamelibia.3                                          Mi cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2

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