Asociación de Sacerdotes Casados de España,  ASCE Mi profesión docente, un sacerdocio

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Testimonio.

Mi profesión docente, un sacerdocio

    Muchos compañeros sacerdotes se dedican a la enseñanza y así ejercen su vocación. Yo también. No soy clérigo, pero sigo con mi  sacerdocio que nadie me lo puede suprimir: Dios me lo entregó. Me han dispensado de un compromiso, el celibato, pero el carácter sacramental permanece en mí, y en cuantos lo recibimos. Mi vida entera, mi profesión sigue siendo fiel al compromiso. Como nos decía don Joaquín Goicoecheaundía, somos ontológicamente sacerdotes.

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    El delegado de enseñanza religiosa, Pedro Ortiz de Zúñiga, me ha conocido por mi intervención en televisión española, y me ha llamado para colaborar en el trabajo de la diócesis en la sección de profesores. Caso singular, porque en ningún otro lugar me han recibido para labores de apostolado. Y marcho a Madrid a un cursillo de catequesis: a ver si nos sirve para algo en la vida práctica. No me han convencido con la norma que nos quieren imponer: las clases de religión  sean tipo científico, no catequesis, eso para la parroquia. Mi criterio es claro: evangelizar a tiempo y a destiempo, como quería San Pablo. Y no descuidaré explicar también la religión como ellos me dicen.

Propongo después, en una reunión, visitar a compañeros y organizar conferencias sobre educación.  Hemos comenzado a recorrer colegios para animar y orientar a los  profesores en cuestión de formación religiosa. En cuanto a dar charlas, me quedo solo y son bastantes las que he pronunciado. Echo mano para informarme del libro “Psicología de la edad evolutiva”. Me viene muy bien como profesor y como padre.  El estipendio que me dan les he dicho lo entreguen a Cáritas. Deseo que cuanto ejerzo libremente no repercuta en mi peculio personal.

Imparto en meses y cursos distintos varias conferencias a los padres de alumnos, sobre la educación sexual a los niños. Atienden bien y formulan preguntas. Parto de la base de que los padres son los principales educadores de sus hijos y de una manera especial en este tema. Murió pronto don Pedro y aquel grupo desapareció.

En el colegio Santa María de Vitoria, donde desde hace algunos años doy clase,  hemos creado la escuela de padres. La voy a llevar con mucha ilusión. Me gustaría que prosperase y formar verdaderos equipos con gran interés por la educación de sus hijos.

José María Lorenzo Amelibia   Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com

        Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/

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