20 viajes de la religiosa a Ucrania: "No queremos abandonarlos" Lucía Caram: "Necesitamos ayuda para seguir abriendo corredores humanitarios en Ucrania. La magnitud de la tragedia es enorme"

Sor Lucía Caram en Odesa
Sor Lucía Caram en Odesa

"Esta vez fuimos a Odesa en una misión especial, acompañados por la Guardia de Frontera. Tuvimos acceso a sitios hoy vetados a la prensa y a los observadores internacionales debido a la grave situación generada por los ataques de las fuerzas de ocupación rusa"

"Somos testigos de la magnitud de la tragedia y sentimos la obligación de compartir esta experiencia de la pasión y muerte de este pueblo. Os necesitamos para seguir abriendo corredores humanitarios y para facilitar juntos que la paz se abra camino en Ucrania, en el mundo y en los corazones"

"No queremos abandonarlos. Seguiremos abriendo corredores humanitarios y os necesitamos. Es nuestra forma de construir la paz"

Va llegando a su fin mi viaje número XX a Ucrania

Esta vez fuimos a Odesa en una misión especial, acompañados por la Guardia de Frontera.

Tuvimos acceso a sitios hoy vetados a la prensa y a los observadores internacionales debido a la grave situación generada por los ataques de las fuerzas de ocupación rusa tanto al puerto y a los almacenes de grano y aceite como a la población civil.

Odesa
Odesa

Tristemente somos testigos de la magnitud de la tragedia y sentimos la obligación de compartir esta experiencia de la pasión y muerte de este pueblo, que por encima de todo, mantiene alta su esperanza y su confianza en su ejercito. Un pueblo que tiene una fe muy grande en Dios, fe que mantiene alta su moral y la convicción de que la victoria coronará el martirio que hoy se cobra la vida de sus soldados, niños y población civil.

"Somos testigos de la magnitud de la tragedia y sentimos la obligación de compartir esta experiencia de la pasión y muerte de este pueblo"

Pudimos sentir el olor a quemado y ver el humo que salía de las ruinas de una gran superficie alcanzada por un misil y ver de cerca los hierros retorcidos por la fuerza destructiva de estas armas mortales.

La onda expansiva revienta paredes, derriba muros y aniquila cristales, coches y estructuras y arrastra personas que sienten en sus cuerpos el duro golpe de su impacto dejándolas heridas. No solo la primera linea sufre el impacto de los ataques, hoy muchas zonas del pais viven con pánico por la inminencia de los imprevisibles ataques anunciados a toda hora, de dia y de noche por las alarmas.

"La onda expansiva revienta paredes, derriba muros y aniquila cristales, coches y estructuras y arrastra personas que sienten en sus cuerpos el duro golpe de su impacto dejándolas heridas"

Odesa
Odesa

Pero tal vez más impresionante que ver el impacto de los misiles en los edificios, en los grandes agujeros cavados en el asfalto o en el impacto de los almacenes de grano reventados, es ver el rostro de cientos de jóvenes heridos y mutilados, de personas afectadas por el estrés post traumático o de aquellos que perdieron la vista o el cansancio los acabó derrumbando.

Verles, escucharles, sentirles y ver cómo, a pesar de todo hacen esfuerzos por agradecer, sobreponerse, sonreír, es toda una lección.

Muchos han madurado a fuerza de fuego abierto y de tormentas de metralla, de días y noches sin dormir y de inviernos inclementes o de un verano que los deja extenuados. Ellos lloran la muerte de sus compañeros y anhelan el reencuentro con los suyos. Muchos lo han perdido todo y les cuesta encontrar motivos para vivir.

"Después de haber convivido con los heridos, de haber paseado por los jardines en los que se recuperan, de haberles visitado en las salas abarrotadas de camas o de haberles visto crucificados en camillas hospitalarias porque no pueden ni moverse, la vida no puede seguir igual"

Los hospitales están abarrtotados
Los hospitales están abarrtotados

Enviar a alguien al frente no es tarea fácil, y con responsabilidad y dolor los responsables confiesan lo que significa para ellos saber que algunos no volverán y que habrá que comunicar a sus madres la más temida de las malas noticias: que su hijo ha muerto o que ha quedado mutilado o se debate en la lucha a muerte por la vida. Nos dicen: “No podéis imaginar, es lo peor de todo comunicar estas muertes”.

Después de haber convivido con los heridos, de haber paseado por los jardines en los que se recuperan, de haberles visitado en las salas abarrotadas de camas (porque los hospitales están desbordados) o de haberles visto crucificados en camillas hospitalarias porque no pueden ni moverse, la vida no puede seguir igual.

Esos héroes son un ejemplo de lucha, de compromiso y de entrega. Quieren vivir y nos suplican que no dejemos que mueran más ni en el frente ni a causa de las bombas asesinas.

"Regresamos con enfermos y heridos. Son pocos, pero menos es nada y para nosotros cada vida cuenta"

Sor Lucia en Odesa
Sor Lucia en Odesa

No. No les vamos a abandonar. Vamos a seguir a su lado y vamos a trabajar para que el mundo sepa y no se olvide que la guerra es un fracaso, que necesitamos de forma urgente la paz y para que todos nos comprometamos a ser artesanos cotidianos de la paz porque ella, la paz depende de todos y de cada unos.

Regresamos con enfermos y heridos. Son pocos, pero menos es nada y para nosotros cada vida cuenta.

Os necesitamos para seguir abriendo corredores humanitarios y para facilitar juntos que la paz se abra camino en Ucrania, en el mundo y en los corazones.

Que se callen las armas y que hable el amor

No queremos abandonarlos. Seguiremos abriendo corredores humanitarios y os necesitamos.

Es nuestra forma de construir la paz

Página de donación de la Fundación del Convento de Clara:https://www1.caixabank.es/apl/donativos/detalle_cat.html?DON_codigoCausa=557

Núm. cuenta: ES43 2100 3093 0722 0031 6970

Sor Lucía en Odesa
Sor Lucía en Odesa

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