La ONG católica se une al llamado de la Conferencia Episcopal Española para frenar la violencia Manos Unidas alza la voz para denunciar la gravedad de la situación de miles de personas en Gaza

Camiones de ayuda humanitaria en la frontera de Egipto y gaza
Camiones de ayuda humanitaria en la frontera de Egipto y gaza

Ante la situación inhumana que sufre la población de Gaza, Manos Unidas suscribe el llamado de los obispos españoles para frenar la agresión y permitir que la ayuda humanitaria llegue a miles de hombres, mujeres y niños y evitar su muerte a causa, también, del hambre

La organización de la Iglesia católica en España para la lucha contra el hambre, la pobreza y la desigualdad, alza su voz y pide a la sociedad civil "no mirar para otro lado"

En esta situación, la Conferencia Episcopal ha pedido trabajar por una “paz desarmada y desarmante”, sumándose a las demandas internacionales para la apertura urgente de corredores humanitarios y al ingreso de alimentos y medicinas que alivien el sufrimiento acumulado tras 19 meses de asedio

El Programa Mundial de Alimentos de la ONU ha declarado contar con comida suficiente para alimentar a 2,2 millones de personas durante al menos dos meses y ha pedido garantías de seguridad para poder repartir la ayuda de forma sostenida

(Manos Unidas).- La población civil en Gaza sufre un dolor insoportable. Ante esta situación inhumana, Manos Unidas suscribe el llamado de los obispos españoles para frenar la agresión y permitir que la ayuda humanitaria llegue a miles de hombres, mujeres y niños y evitar su muerte a causa, también, del hambre. 

Manos Unidas, organización de la Iglesia católica en España para la lucha contra el hambre, la pobreza y la desigualdad, alza su voz para denunciar la gravedad de la situación que viven miles de personas en Gaza. La espiral de violencia ha derivado en una crisis profunda que afecta, sobre todo, a los más vulnerables: bebés, niños, mujeres, personas mayores y enfermos que llevan meses sin alimentos, agua o medicamentos esenciales. 

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La escalada de bombardeos ha obligado a cientos de miles a desplazarse una y otra vez, mientras los hospitales, destruidos o colapsados, ya no pueden atender a una población en estado crítico. El bloqueo impide el ingreso de ayuda vital, y según la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, las condiciones actuales hacen inviable la supervivencia de los civiles atrapados en Gaza. Por otro lado, el Programa Mundial de Alimentos de la ONU ha declarado contar con comida suficiente para alimentar a 2,2 millones de personas durante al menos dos meses y ha pedido garantías de seguridad para poder repartir la ayuda de forma sostenida. 

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En esta situación, la Conferencia Episcopal ha pedido trabajar por una “paz desarmada y desarmante, sumándose a las demandas internacionales para la apertura urgente de corredores humanitarios y al ingreso de alimentos y medicinas que alivien el sufrimiento acumulado tras 19 meses de asedio. 

Así mismo, desde el inicio de su pontificado, el Papa León XIV ha mostrado una preocupación constante por esta crisis, y ha instado a la comunidad internacional a no permanecer ajena al dolor de Gaza, pidiendo un alto al fuego y una solución urgente.

En este contexto, Manos Unidas se suma al comunicado de la Conferencia Episcopal y a las llamadas a la acción de León XIV. La organización reitera la necesidad de trabajar por una paz duradera y que pasa por poner fin, de manera urgente, al asedio que sufre la población civil, a los ataques dirigidos contra hospitales y refugios, a la demolición de barrios e infraestructuras y al bloqueo de la ayuda humanitaria, así como la liberación de todas las personas secuestradas. 

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Manos Unidas seguirá de cerca la situación en Gaza mientras continúa, junto a sus socios locales, con su labor humanitaria en Cisjordania para ayudar a los más necesitados. Entre sus acciones, destaca la financiación de una clínica móvil para que más de 2.000 mujeres embarazadas, niños y bebés tengan acceso a una sanidad de calidad en Belén, así como impulsar centros educativos para niños beduinos y el fortalecimiento comunitario de mujeres y jóvenes en el desierto de Judea.

Manos Unidas invita a la sociedad a no mirar hacia otro lado y a colaborar activamente ante esta emergencia humanitaria.

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