"Estamos viviendo en directo otra tragedia que describe la debacle y la decadencia moral y política" Gaza: ¿Historia omitida?

Un niño herido tras bombardeo israelí
Un niño herido tras bombardeo israelí EFE

"Gaza nos tiene que servir para situar sobre nuestras conciencias la historia omitida de los millones de niños y niñas víctimas de la guerra, destruyendo sus hábitos, su educación y su alma entera. La repercusión de los conflictos armados sobre la niñez en el mundo ha alcanzado niveles sin precedentes"

"Mientras nos rasgamos las vestiduras, la masacre en Gaza continúa y 15.000 bebés en riesgo de inanición. ¿Dónde ha quedado la salvaguarda de la dignidad humana? La omisión de ciertas historias implica el principio del fin de nuestra credibilidad e integridad. ¿Hasta cuándo?"

En 2015, el mundo de la literatura celebró que el Premio Nobel recayera en la escritora bielorrusa Svetlana Alexiévich. En su obra se pueden atisbar y comprender las miserias de nuestro mundo. Al año siguiente publicó, Últimos testigos, sobre los trece millones de niños muertos en la Segunda Guerra Mundial. En Bielorrusia, después de la devastación bélica, quedaron cerca de treinta mil huérfanos. Alexiévich entrevistó en los 80 a algunos de estos niños construyendo un relato único acerca de una las mayores tragedias de la historia.

Hoy, estamos viviendo en Gaza, en directo, y sin corta pisas, otra tragedia que describe la debacle y la decadencia moral y política de un mundo consumido por la hipocresía y la indiferencia. ¿Hasta dónde se tiene que llegar para que Israel deje entrar la mínima ayuda humanitaria para que se pueda sobrevivir? Cuestionarme esto no me hace olvidar ese 7 de octubre de 2023 cuando un grupo terrorista, Hamás, algunos deberían pensar qué le pasa a un pueblo cuando es gobernado por asesinos y terroristas, atacó, mató, raptó y violó a miles de civiles judíos y extranjeros inocentes.

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Algunos justificaron aquello por la opresión del pueblo palestino durante décadas. Ni fue justificable aquello, ni lo de ahora, y menos con la excusa de la creación de esa Rivera de Oriente Medio de Trump y Netanyahu que no busca la reconstrucción del territorio de la población palestina, sino la deportación forzada de dos millones de personas que viven ahí.

Sin embargo, y por desgracia, Gaza es la punta del iceberg. Alexiévich tiene en su concepto de historia omitida la base que vertebra toda su obra. En Voces de Chernóbil la define como hacerse eco “de las huellas imperceptibles de nuestro paso por la tierra y por el tiempo. Escribo y recojo la cotidianidad de los sentimientos, los pensamientos y las palabras. Intento captar la vida cotidiana del alma. La vida de lo ordinario de unas gentes corrientes”.

Palestinos frente a un comedor social en Gaza
Palestinos frente a un comedor social en Gaza EFE

Gaza nos tiene que servir para situar sobre nuestras conciencias la historia omitida de los millones de niños y niñas víctimas de la guerra, destruyendo sus hábitos, su educación y su alma entera. La repercusión de los conflictos armados sobre la niñez en el mundo ha alcanzado niveles sin precedentes. Más que nunca están viviendo en zonas de conflicto o se encuentran desplazados por causa de las guerras y de la violencia. Recordemos que los conflictos generan el 80% de todas las necesidades humanitarias en el mundo. Más de 473 millones de niños y niñas, 1 de cada 6, viven en zonas de conflicto, duplicándose el porcentaje del 10% en 1990, al 20% actual. Palestina, Haití, Líbano, Mynamar o Sudán son algunos de una larga lista.

El papa Francisco no se cansó de martillear nuestras conciencias sobre el negocio de las armas. Produce sonrojo cómo nuestra clase política, nacional y europea, aplica la estrategia del sí, pero no. ¿Sólo vamos a embargar armas a Israel? ¿Por qué? ¿Y a los otros países que hacen de la guerra su prioridad nacional? Mientras nos rasgamos las vestiduras, la masacre en Gaza continúa y 15.000 bebés en riesgo de inanición. ¿Dónde ha quedado la salvaguarda de la dignidad humana? La omisión de ciertas historias implica el principio del fin de nuestra credibilidad e integridad. ¿Hasta cuándo?

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