Reivindicación de derechos religiosos llegaría hasta nuncio Franco Coppola Llevan denuncia de abusos de poder y autoridad de sacerdote ante nunciatura apostólica en México

Denuncian abusos de poder y autoridad de sacerdote ante nunciatura apostólica en México
Denuncian abusos de poder y autoridad de sacerdote ante nunciatura apostólica en México

Adriana Martínez Estebanes lleva caso a instancias civiles y religiosas.

Presenta detallado expediente sobre abusos cometidos por el responsable arquidiocesano en la Comisión de Ecología, padre Juan Carlos Ávila Reza.

Agresiones, acoso y discriminación ponen en riesgo la tranquilidad de la víctima.

Tras la denuncia expuesta en este medio por Verónica Adriana Martínez Estebanes, la situación ha escalado a niveles que preocupan. Después de hacer públicos los hechos, aún parece lejos una resolución que haga justicia al caso. Tanto es que ahora ha acudido a diversas instancias como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, organismos defensores de los derechos humanos e instancias legislativas. 

Sin soluciones concretas de responsables arquidiocesanos, el caso tiene otros derroteros en los cuales, incluso, Martínez Estebanes ha temido por su bienestar al ser blanco de acosos, agresiones y discriminación impidiéndole el ejercicio libre de sus derechos religiosos, incluso en la comunidad católica a la que pertenece supuestamente atendida por el padre Juan Carlos Ávila Reza, responsable de la Comisión de Ecología en la curia del arzobispo Carlos Aguiar Retes. A decir de la presunta víctima, “he seguido recibiendo amenazas por denunciar y evidenciar toda esta situación y por la falsedad de aseveraciones efectuadas en su contra”.

A pesar de la situación que le mantiene en la incertidumbre, los esfuerzos de Martínez Estebanes siguen adelante llevándolas a instancias mismas de la Santa Sede, en este caso, la nunciatura apostólica en México para ventilar estas irregularidades que le han desgastado en esfuerzos y recursos.

Recibida el jueves 28 de enero en la nunciatura apostólica a cargo del arzobispo Franco Coppola, Martínez Estebanes dio cuenta del caso a uno de los sacerdotes colaboradores de la nunciatura. Según cuenta, fue recibida “muy amablemente”  y el funcionario de la sede diplomática “escuchó todo al detalle por varias horas, narré cómo conocí al padre Juan Carlos Ávila Reza y al padre Jesús Eleazar Muñoz, pormenorizadamente y con soportes documentales fui evidenciando la relación personal,  profesional y de colaboración que mantuve con ambos sacerdotes”.

De acuerdo con los detalles de esa reunión, Adriana Martínez hizo meticulosa y puntual entrega de todas las probanzas a la nunciatura. “Se resolvieron dudas a lo largo de la conversación, quise evidenciar lo que posiblemente era uno de los tantos casos de denuncia sobre aspectos no propios de estos sacerdotes. Le manifesté mi preocupación, más allá del daño moral y en imagen donde mi honestidad, reputación, comportamiento se ha puesto en tela de juicio cuando yo soy la victima de esta situación, mi integridad física y seguridad están comprometidas en varias ocasiones derivadas de mentiras públicas de ambos sacerdotes y miembros del consejo de asuntos económicos azuzando a la gente en mi contra, esto es intolerable”.

La también actuaria de profesión dio cuenta de la carencia de respuestas y soluciones efectivas al caso desde el arzobispado de Carlos Aguiar Retes. El colaborador de la nunciatura escuchó cuál ha sido el largo y tortuoso camino recorrido ante las instancias curiales hasta llegar incluso a los oídos del mismo vicario general arquidiocesano, el obispo auxiliar Salvador González Morales. Sin embargo, y lo que más preocupa, es la escalada del caso en donde ya están mediando agresiones que hacen temer por la seguridad e integridad de la denunciante y de su familia, cosa que también hizo patente en la nunciatura apostólica: “Comenté y evidencié toda la situación y el camino seguido por las diversas instancias de la arquidiócesis primada de México, incluso las últimas agresiones recibidas y todo el trato por demás discriminatorio de los colaboradores de la parroquia. Entregué abundante documentación de todo esto y puse a disposición el resto de los documentos existentes, correos, videos, audios y el contenido total de los mensajes de whatsapp desde que inicié comunicación con Ávila Reza y con Jesús Eleazar Muñoz. Hice énfasis en esto y lo puse claro, lo único que se busca es dar a conocer la verdad de todo esto sin esconder u ocultar algo y dar claridad a las mentiras de estos sacerdotes y algunas personas más, incluyendo una copia integra de la demanda judicial de ambos sacerdotes contra mi persona”.

Lejos de caer en el desánimo, Adriana Martínez parece decidida y determinada a seguir adelante a fin de conseguir lo más elemental, justicia. Un caso que ha llegado muy lejos debido al silencio evasivo, negligencia, opacidad y encubrimiento de abusos de poder y confianza al seno de la curia del arzobispado de México.

Con todo, la vista a la nunciatura apostólica abre una posibilidad en la resolución del conflicto para reivindicar los derechos religiosos de esta víctima además de analizar y, en su caso, aplicar las posibles soluciones a la conducta del sacerdote Juan Carlos Ávila Reza. Según Martínez Estebanes en la nunciatura ofrecieron un “análisis del caso debido a su complejidad y las aristas que tiene”. No obstante, agradece al nuncio Franco Coppola y al colaborador de la nunciatura la disposición para intervenir en el caso y, de proceder, hacerlo del conocimiento de las instancias correspondientes de la Santa Sede.

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