Es una urgente y sentida medida, quizá una solicitud controvertida por ser de quien proviene, un obispo de la Iglesia católica. Y más cuando se trata del dinero público que urge en una situación especialmente complicada al cumplirse un mes de las medidas de confinamiento y distanciamiento. Mons. Ramón Castro Castro, obispo de Cuernavaca, lo hace en la base de la necesidad de soluciones emergentes y políticas efectivas para detener el desastre económico del Estado de Morelos, cuyo territorio comprende el de la misma diócesis vecina a la Ciudad de México, y en donde más del 50 por ciento de la población vive en condiciones de pobreza.

En un oficio fechado el jueves 23 de abril y difundido el día siguiente en las redes del obispado y dirigido al gobernador del Estado, al Congreso estatal y a los 33 presidentes municipales en el Estado, el prelado pide atender urgentemente el bien común de la población para resolver las apremiantes demandas económicas y de salud de los morelenses en la promoción y defensa de los derechos humanos.

La solicitud al gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo  y al Congreso estatal exige la modificación del Presupuesto anual y particularmente pide al Ejecutivo estatal echar mano de sus facultades de transferencia de recursos: “Al titular del Poder Ejecutivo, le suplicamos haga uso de sus facultades de transferencia de recursos financieros a las áreas estratégicas de su administración y a los titulares de la administración pública municipal, puedan modificar (sic) sus presupuestos de egresos de este ejercicio fiscal.

De acuerdo con fuentes de la diócesis, el presupuesto del Estado es mayor a los 4 mil 300 millones de pesos equivalente a 170 millones de euros aproximadamente, y casi equiparable a los 4 mil 500 millones de pesos que el Instituto de Salud para el Bienestar tiene para la compra de medicamentos. Morelos tiene aportaciones federales por unos mil 800 millones de pesos para el acceso público de los morelenses a los servicios médicos gratuitos. Para la diócesis de Cuernavaca, estos fondos deben ser ejercidos de manera responsable con criterios de transparencia.

En los días iniciales de las medidas contra la pandemia, el obispo de Cuernavaca lanzó un llamado a los banqueros para hacer la condonación de intereses a los deudores y a las autoridades de los tres niveles de gobierno a suspender el cobro de impuestos y servicios. En esa ocasión, y en una entrevista a este blog, el pastor de la paz indicó que en México y Morelos, la inestabilidad es evidente… “en todo el país, basta con que leer todos los encabezados de los diarios, revisar las redes sociales e incluso medios internacionales para darse cuenta que hay inseguridad, violencia, corrupción e irritabilidad en todo México”.

La solicitud se suma también al debate que surge sobre la reorientación de recursos federales en la pandemia. Apenas la semana pasada, el gobierno de la República presentó al Congreso de la Unión una iniciativa con proyecto de decreto a fin de que la Secretaría de Hacienda reoriente los recursos presupuestarios anuales en caso de emergencias económicas del país como esta, la cual iniciaría su fase crítica en la primera semana de mayo cuando se registren los picos más altos en la incidencia de contagios. A punto de concluir el período de sesiones, la Cámara Baja debe sesionar para aprobar la iniciativa del Ejecutivo, la cual podría darse en los siguientes días, justo cuando se convoquen o se tomen acuerdos alternativos para la reunión de los 500 legisladores antes del 30 de abril.

Para Ramón Castro, la reasignación de recursos debería ser una respuesta que se tome de forma inmediata. “La justicia clama al cielo y nada es más inhumano que permitir que se padezcan sufrimiento por hambre y enfermedad…” Y advierte lacónicamente al Gobernador, diputados y presidentes municipales: “Está en sus manos ejercer el poder a favor del pueblo de Morelos, hoy de manera puntual…”