Murió el apóstol de Jesucristo, Samuel Joaquín

El tuit del gobernador del Estado de Jalisco lamentó la muerte del doctor, el líder de una iglesia hecha en México y extendida por el mundo, que rivaliza con la Iglesia católica y fincada en el occidente del país. Samuel Joaquín Flores dirigió la “Luz del Mundo” durante cincuenta años y su imagen fue promovida como las de esos empresarios exitosos, de sonrisa fingida y bien planeada para la foto. Dominó los espectaculares que reciben a los visitantes al salir del aeropuerto de Guadalajara para advertir al visitante quién es el que manda en materia religiosa,sucesor de los apóstoles de Jesucristo y de su padre Aarón Joaquín, mundanamente Eusebio Joaquín González, quien en 1926 comenzó la predicación.
Murió, se dice, víctima del cáncer. Acusado de diversos delitos, el apóstol no dudó en decir que era la principal competencia de la Iglesia católica. Desde luego, después de medio siglo, lo que se fincó fue el culto extremo a la personalidad, el imperio religioso y multinacional bajo las sospechas de clientelismo político, de acuerdo a los partidos en el poder, además de las imputadas al finado de quien se componen loas e himnos exaltando su divinidad y supuesta procedencia como ángel del Apocalipsis.
En diciembre de 2005, la revista Proceso publicó una entrevista que contestó la iglesia de la Luz del Mundo. Ahí, el apóstol defendió la libertad de sus fieles y se deslindó de cuestiones políticas al afirmar: “Soy un hombre religioso y no intervengo, ni siquiera con declaraciones, en asunto de política; pero qué bueno que me pregunta sobre si hubo alguna vez una -¿cómo lo llama usted?- consigna. No, jamás he utilizado la fe de los creyentes de la Iglesia para los fines de nadie. Los hermanos, en cualquier lugar del mundo, son conscientes, saben que uno de los derechos fundamentales del ser humano es precisamente (quizás es el mayor de todos) el de la libertad de elegir quién o quienes nos van a gobernar”.
Desde los 27 años, a la muerte de su padre, asumió el control de esa organización. El orden absoluto, de lavado de cerebro y de las voluntades de sus fieles al antojo y discreción. Una serie de testimonios, publicados en el diario El Universal, dieron cuenta de las patologías, la opresión y hegemonía del Varón de Dios, supremo líder de la Hermosa Provincia, “una realidad aparte—incluyendo un ministerio de justicia. Adentro, negocios, servicios, viviendas, intimidades, conciencias y corazones pertenecen al sesentón hermano Samuel Joaquín. Y, ay de aquel descreído, porque, en principio, funciona un sistema de altavoces que puede ser letal: habitualmente lo utilizan para los avisos, pero, llegado el caso, sirve para denunciar a los "rebeldes", a los "usados de Satanás", que son quienes, por los más diversos motivos, dejaron de creer en el "Siervo del Señor", Samuel Joaquín, quien entonces los proscribe e incita a su feligresía contra ellos. (El Universal, miércoles 21 de mayo de 1997).
El apóstol y director internacional dejó este mundo a los 77 años abriendo la sucesión que no se presume sea una disputa encarnizada si tenemos en cuenta estas características absolutistas y de la modificación de las creencias conforme se consolidó el clan en el poder. Ahora es ejecutar la idea de la dinastía del niño que, según sus adeptos, habría nacido muerto para resucitar y ser ángel portador del anillo de su padre, Eusebio, y transmitirlo al nieto, Naason Joaquín, el nuevo apóstol que regirá sesenta mil almas en una colonia de Guadalajara y más de cinco millones repartidos en el mundo, creyentes de una de las multinacionales religiosas de mayor éxito.