Roberto Yenny García fue ordenado al episcopado. Es el VII obispo de Ciudad de Valles “Tres tesoros te da la Iglesia: Palabra, Pan y Pobres…"

“Tres tesoros te da la Iglesia: Palabra, Pan y Pobres…"
“Tres tesoros te da la Iglesia: Palabra, Pan y Pobres…"

*Sentida y emotiva homilía de Rogelio Cabrera López. Animó al nuevo obispo a vivir en la humildad y valentía.

*El ministerio del obispo es para dar la vida y cuidar de ella.

*Hay anorexia espiritual. Menos del 15 por ciento de los católicos asiste a misa, afirmó el arzobispo Cabrera.

*“No es la primera vez que un obispo se ordena en tiempos difíciles”, señaló.

Emotiva celebración de ordenación episcopal en medio de la pandemia. Ciudad Valles recibió al VII obispo, Mons. Roberto Yenny García. Una nutrida presencia de sacerdotes y obispos a puerta cerrada, con una reducida presencia de fieles, entre ellos los familiares del nuevo obispo, fueron testigos de la celebración de consagración presidida por el arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López.

Una palabra definió la celebración: Comunión. A pesar de las restricciones a los fieles, la homilía de Rogelio Cabrera tuvo esta línea preponderante que quiso afianzar que la pandemia no sería óbice para traer a todos quienes son prioridad en el ministerio del nuevo obispo: Pobres, indígenas, enfermos.“Sientan que es su padre, su protector y guía…” dijo el arzobispo de Monterrey quien , no obstante el agobiante calor al interior de catedral, no fue corto en las formas ni en las palabras que dejaron en claro qué significa ser obispo en estos tiempos críticos, no sólo por una pandemia también por la erosión de la religión y el avance progresivo de secularismo que quiere poner en entredicho el patrimonio de la fe.

“Siguiendo el consejo del Papa Francisco, el obispo debe ir delante, en medio y atrás del rebaño”, con esto Cabrera López dejaba en claro lo que significa el ministerio episcopal. Nunca en la homilía usó la palabra “Monseñor” o “señor” como adjetivos para el nuevo pastor de 48 años nacido en Ciudad de México y arraigado en Tampico, Tamaulipas.

El arzobispo Cabrera mencionó además cómo se debe mirar el ministerio de Yenny García a la luz de la palabra de Dios.“Servir a la vida, servir a Dios, tener presente ese misterio de vida que es Dios mismo, al Padre creador de todo… tener presente a Cristo, el Redentor, que nos ha querido devolver la vida y quiere que la tengamos en abundancia y el Espíritu Santo, Señor y dador de vida. Ese misterio lo abrazas ahora en tu ministerio…”

Arzobispo Cabrera. En condiciones especiales.
Arzobispo Cabrera. En condiciones especiales.

Velar por la vida en la casa común, pero sobre todo, por la vida de cada persona desde el vientre materno hasta su término natural. La consigna específica descrita por el arzobispo Cabrera quiso ser el principal eje de un discurso que apuntó hacia las cualidades y líneas fundamentales que deben estructurar el episcopado.  “Somos custodios de la vida”, como el Buen Pastor que da la vida. No tener miedo, no dejar a las ovejas, el Buen Pastor asume el problema, “no tengas miedo, voy contigo, soy tu escudo, camina con valentía, no es la valentía de aquel que grita, de aquel que amenaza, no. Es la valentía sincera de quien se sabe débil, pero que también sabe quién le acompaña…”

La valentía debe estar en consonancia con la humildad. Como “cualidad de pastor”, Rogelio Cabrera apuntaló la característica esencial que todos deben ver en la vida del nuevo obispo y que debe relucir por encima de la arrogancia, prepotencia y autosuficiencia que hasta en la misma Iglesia se puede encontrar. “La humildad es la que hace posible la colegialidad, la comunión y la sinodalidad. Sólo en la humildad reconoces que necesitas de los demás y que los demás requieren de ti, así se hace la Iglesia… Son tiempos difíciles, hoy el mundo vive dividido, la pluralidad, este cambio cultural, nos deja a todos estupefactos, es cuestionada toda autoridad, toda institución y solamente se puede surcar en ese océano de confusión con la humildad de Cristo que te permite conocer límites, que te permite discernir lo mejor para la Iglesia…”

La entrega de la Palabra y del Pan Vida como oficios indiscutibles del obispo fueron aún más profundas en el reconocimiento de la crisis que vive la Iglesia. Si bien Mons. Cabrera hizo especial énfasis en el hecho de que la vida del pastor gravita en torno a la mesa de la Eucaristía para que el pueblo tenga el apetito por comer el Cuerpo de Cristo que da la vida, reconoció igualmente la crisis que se vive en el catolicismo: “Tenemos una crisis en nuestra Iglesia, el abandono de la eucaristía, de la santa misa. En nuestro país, menos del quince por ciento de los católicos asisten a misa, hay una anorexia espiritual, una falta de apetito del pan de vida… Es necesario animar al pueblo… que descubra que en ese pan, hay eternidad… “sin dejar de lado la especial predilección por los pobres y enfermos: “Hoy en la oración consecratoria, te encargaremos a los pobres, esa es tu tarea… Están siempre presentes, merecen siempre nuestro afecto, merecen siempre muestro cariño y nuestra preocupación…”

Si la homilía trazó los puntos programáticos en donde la vida sobrenatural es el elemento esencial, el arzobispo Cabrera López no dejó de lado el momento especial en el que se dio la ordenación episcopal esta tarde de miércoles 17 de junio en Ciudad Valles en la pandemia del covid-19 y que prácticamente quebró la voz del presidente de la CEM visiblemente emocionado al recordar momentos especiales y duros de la vida de la Iglesia en México.“No es la primera vez que un obispo o un sacerdote reciben el sacramento en condiciones especiales. En casi dos mil años, la Iglesia ha continuado su camino en guerras, en persecuciones, en pestes, en pandemias. Cuánto obispos recibieron su encargo en formas totalmente especiales. Me acuerdo del primero obispo de Tacámbaro donde yo también fui obispo. Él inició su ministerio en la noche, hacia las 10 de la noche, con dos velas encendidas. No es la primera vez que vivimos una pandemia, así es que ánimo y también al pueblo…” Fueron esas palabras las que concluyeron la homilía que conmovió al prelado, especialmente al recordar a Mons. Leopoldo Lara y Torres, ordenado en 1921, quien padeció la persecución religiosa.

 Así, el más joven de los obispos de la República mexicana inició su ministerio en condiciones distintas y especiales que han forjado el carácter de la Iglesia. Ante casi medio centenar de sacerdotes de Ciudad Valles y de Tampico, con la presencia del nuncio apostólico, Franco Coppola, quien entregó la bula apostólica y cerca de una docena de obispos, además del gobernador del Estado de San Luis Potosí y el alcalde de Ciudad Valles, todos con cubrebocas bajo las medidas de higiene y sana distancia, le fueron encomendados los especiales obsequios para cuidarlos. A ellos se refirió con ahínco el arzobispo Cabrera: “Tres tesoros te da la Iglesia. Su palabra, su pan y a los pobres… no los puedes olvidar… Ser obispo es tener un ministerio de vida”.

Ordenación. En tiempos de pandemia.
Ordenación. En tiempos de pandemia.

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