“El derecho a la blasfemia no tiene realmente cabida en esta ceremonia [inaugural de los Juegos Olímpicos], destinada sobre todo a promover el espíritu de unidad, fraternidad, encuentro y paz. Digan lo que digan, la controversia nacida a raíz de esta parodia no habrá servido al propósito de la paz”
"Los Juegos Olímpicos y Paralímpicos caen dentro de un marco muy preciso, ya que la Carta Olímpica exige explícitamente que no se exprese ninguna opinión política, ideológica o religiosa”, asevera Gobilliard, quien, a diferencia de algunos grupos en el ámbito católico, no considera necesaria una misa de reparación
“Los homosexuales católicos me escribieron para decirme que les dolía haber sido asociados con una visión de sexualidad desenfrenada, que no comparten"
Por otra parte, la institución religiosa egipcia de Al Azhar, la principal referencia del mundo islámico suní, condenó ayer “las escenas de falta de respeto a Cristo” durante la inauguración de los Juegos Olímpicos, que consideró una forma de “promover la homosexualidad y la transexualidad”