"No me cabe la menor duda de que Carlo Acutis era un buen muchacho y cristiano, con una personalidad y una fe aún en evolución, que probablemente intentaba llevar adelante la santidad de la vida cotidiana. Pero cierta presentación de su persona, de su vida, de su itinerario creyente en lugar de convertirlo en un modelo para el siglo XXI quizá, a mí me lo parece, sí lo proyectan décadas atrás"
"Debemos aprender a hablar de santidad hablando de humanidad y de realidad, también sin excluir, sin mutilar. No hay santidad sin asumir plenamente la realidad, con todo su peso de sombras; no se puede alcanzar la santidad sin confiar en inicios y reinicios, sin confiar en el camino, sin confiar en la vida"
"Jesús, con este discurso, nos propone en cambio un salto cualitativo para vivir en una dimensión superior, en la que siendo hijos de Dios, es decir, pertenecientes a su Reino, la justicia, la mansedumbre, la consolación y el perdón puedan convertirse en objetivos concretos de una vida nueva que logra aceptar -porque las redime con amor- todas esas limitaciones humanas que tanto nos mortifican"
"La tarea concreta del discípulo de Jesús, a la luz de las Bienaventuranzas, no es convertirse en "buenas personas", conocedores o estudiosos de su religión, sino vivir su vida como experiencia de una realidad superior, compuesta de cosas maravillosas que constituyen precisamente la propuesta divina de bienaventuranza que surge de su ser amor por nosotros"