Barreto asegura que este Sínodo supondrá un antes y un después de la presencia de la Iglesia en la Amazonía: "sentimos la esperanza y la alegría del Pueblo de Dios que brota incontenible de los pueblos de la Amazonía"
"Dentro de la Iglesia algunos piensan que con la realización de este Sínodo Amazónico se afectará la doctrina de la Iglesia. En ese sentido parece que están más preocupados por la disciplina doctrinal que por las personas que desean vivir el encuentro personal y comunitario con Cristo"
El Sínodo está siendo una prueba y un llamado a los obispos para que adopten nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral en la Amazonía.
La región amazónica es un área que requiere el trabajo diario de la Iglesia, no el mantenimiento de estructuras, sino la creación de nuevas formas de cuidado pastoral, acompañamiento y la vida de la Iglesia. Entonces, la REPAM puede ser un espacio donde estas cosas se cuecen y nacen, y el Sínodo puede brindar una institucionalidad amplia, no solo regional