Un sacerdote que intenta vivir en el día a día el evangelio anunciado por Jesús de Nazaret y que, además, no teme la corrección fraterna. Así se define, en entrevista con Religión Digital, Antonio Valín, quien sale de la diócesis que le vio nacer y donde empezó su servicio ministerial, la de Mondoñedo-Ferrol, para ir a la de Tui-Vigo, de donde fue nombrado obispo el pasado 25 de mayo, para seguir siendo "un hermano en el camino de la fe"
"Tenemos que volver siempre a lo primordial del plan de Dios para ser cada vez más como Él quiere, y eso nos llevará a superar diferencias y a buscar lo que nos une; nos obligará a acoger y a escuchar e ir a lo fundamental. ¿Acaso no es este un momento hermoso y apasionante?"
"No temo a la corrección fraterna, hecha desde el amor, el respeto y la sinceridad. El obispo viene a una Iglesia concreta, con su historia y ahí, se pone a caminar con ella, todos juntos. En ese camino habrá visiones distintas, errores, y es normal compartirlos cara a cara, como hermanos, y desde ahí, buscar soluciones"
"Irme para Tui-Vigo supone un cambio por lo que hasta ahora me ha configurado; aquí queda mi familia, muchos amigos, la diócesis en la que crecí y en la que recibí la fe y fui caminando como discípulo del Señor, mis raíces… ahora se abre una nueva etapa donde todo lo vivido, que forma parte de mí me va acompañar y aquí, en la nueva diócesis, lo viviré igual"