El arzobispo Jacques Mourad ha regresado hace unos días a Homs, tras participar en Roma en el Sínodo de los Obispos de la Iglesia siro católica: "Ha sido una ocasión maravillosa conocer al Papa, tratarlo y recibir su bendición"
Mide cada palabra al hablar de la situación que vive su patria y su pueblo. El monje convertido en arzobispo sirio-católico de Homs, Hama y Nabek lleva también en su corazón la conmoción por la matanza de cristianos ocurrida en Damasco el pasado 22 de junio
Siria cuenta con un gran legado histórico y con la fuerza de su pueblo joven, pero los últimos gobiernos "parecen querer aniquilar, destruir esta civilización, la civilización de este pueblo. Es un crimen mundial, no solo nos afecta a nosotros"
El arzobispo subraya que, mientras la Unesco proclama como patrimonio de la humanidad muchos lugares de Siria, en la práctica "nadie los protege". "Ahora necesitamos proteger nuestro patrimonio vivo, no solo los monumentos"