18 feb 2024
Para hacer teología: tocar las heridas y meter el dedo en las llagas
Esta semana que pasó, febrero 15, sustenté mi tesis “Claves de salvación en las mujeres buscadoras de los desaparecidos” y concluí así mi proceso de maestría en teología latinoamericana en la Universidad José Simeón Cañas, la UCA, de El Salvador. En este artículo quiero compartir con ustedes, lectoras y lectores de Religión Digital, lo que significó esta experiencia.
Habría que hacer teología no sólo al estilo de Tomás de Aquino, sino sobre todo al estilo del otro Tomás, el apóstol, que no quiso oír hablar de Jesús como si fuera un fantasma, un espíritu o una idea, y quiso esperar hasta tocar sus heridas y meter el dedo en sus llagas; sí, hacer teología tocando las heridas de las víctimas y metiendo el dedo en sus llagas; porque los que sufren están, como dijo Jon Sobrino, “en lugar de Dios”, y porque ellos son Cristo para nosotros hoy.
Tomás no es el apóstol escéptico y dudoso, es el que nos ayuda a hacer teología desde la encarnación. Agradezco a la UCA, a la maestría en teología latinoamericana, que me ha entregado este método teológico que se hunde en la tradición apostólica.