Encuentro del Equipo de Pastoral de Migrantes de la Conferencia del Episcopado Mexicano Alberto Ares: "Necesitamos espacios de encuentro y esperanza que nos inserten de nuevo en el camino"

Alberto Ares: "Necesitamos espacios de encuentro y esperanza que nos inserten de nuevo en el camino"
Alberto Ares: "Necesitamos espacios de encuentro y esperanza que nos inserten de nuevo en el camino"

En nuestro trabajo cotidiano necesitamos espacios de encuentro, como nos propone el Papa Francisco, no solo para reconocernos y escucharnos, sino para acompañar y acompañarnos mutuamente en estos tiempos complejos.

Sentimos la llamada a mirar con las “gafas” de Dios nuestra realidad para vivir su liberación, su fuerza y la esperanza que nos inserta de nuevo en el camino.

La realidad de la pandemia y el aumento de los flujos migratorios en medio de albergues parcialmente cerrados, recibiendo a migrantes cada día más vulnerados, junto al desgaste que están sufriendo los equipos, han sido elementos que recogen el contexto vivido en los últimos meses.

Hoy ha tenido lugar el encuentro semestral del Equipo Nacional de Pastoral de Migrantes de la Conferencia del Episcopado Mexicano, con el Equipo Centro, donde se ha convocado a 50 personas responsables de 35 albergues de migrantes del centro y occidente de México.

La realidad de la pandemia y el aumento de los flujos migratorios en medio de albergues parcialmente cerrados, recibiendo a migrantes cada día más vulnerados, junto al desgaste que están sufriendo los equipos, a la disminución del voluntariado -sobre todo del de mayor edad- y al duro golpe de la crisis económica y de la propia sostenibilidad de los albergues, han sido elementos que recogen el contexto vivido en los últimos meses.

Albergues de esperanza

En este tiempo, nos ha llegado noticias de la pérdida de varios compañeros y compañeras de camino que ha pegado hondamente en el corazón de la gran familia que se ocupa de la red de albergues. Por ejemplo, el P. Rolando Maldonado, un sacerdote joven, excoordinador de Caritas San Luis Potosí y excoordinador del albergue de San Luis, que murió por causa de COVID. Desde la Casa del Migrante en Aguascalientes, también se recibía el fallecimiento de su coordinador, Xicotencatl Cardona. Hace pocos días nos llegaba la noticia del fallecimiento del P. José Luis Garayoa, también por COVID, desde El Paso y el acompañamiento a los migrantes ya en suelo estadounidense. 

Los contagios y las cuarentenas han sido frecuentes en algunos albergues, que se han visto obligados a cerrar temporalmente. Toda esta situación está impactando enormemente en el ánimo de las personas que se ocupan de los albergues, tanto profesionales, como voluntarios y voluntarias, y las propias comunidades locales donde se insertan.

El encuentro comenzó en este tiempo de Adviento con una eucaristía presidida por Monseñor Alfonso Miranda, Secretario de la Conferencia Episcopal Mexicana en la que se celebró en comunidad poniendo en las manos de Dios la situación que viven nuestros hermanos y hermanas migrantes, y la realidad de los distintos albergues.

Ver, juzgar y actuar

Seguidamente, se compartió la realidad que se vive en cada uno de los albergues, así como una mirada a los distintos sucesos sociopolíticos y eclesiales que tienen una conexión con el trabajo del día a día.

En un segundo momento, se presentaron algunas pistas para iluminar este tiempo incierto que vivimos para la movilidad humana desde la espiritualidad ignaciana y la encíclica Fratteli Tutti del Papa Francisco.

Se introdujeron algunas claves de contemplación de la realidad social desde la espiritualidad ignaciana para luego proponer distintas perspectivas sobre las llamadas que el Papa Francisco en la encíclica Fratelli Tutti nos realizaba en nuestro trabajo cotidiano, caminando junto a las personas migrantes.

Nos fuimos a grupos, donde pudimos compartir las principales llamadas que el Señor nos invitaba a transitar en los próximos meses, para dar cuenta de nuestra esperanza. En la puesta en común de los grupos se recogieron distintos ecos: Dios nos visita a diario en cada migrante vulnerado, llamada a vivir como peregrinos, a construir comunidad y fraternidad, a vivir con un corazón unificado, a no tener miedo, a crear puentes y no muros, a salir al camino, a generar espacios de encuentro, a ponernos en los pies del otro, a cultivar corazones sin fronteras, y en definitiva a ser testigos de esperanza

Ellen Calmus del Instituto El Rincón de Malinalco: "Caer en la cuenta que en cada persona excluida, en cada migrante que llega a nuestros albergues, estamos siendo visitados por el mismo Dios".  

El tercer momento, se plantea el actuar, desde los retos y los caminos a transitar en estos próximos meses.

En nuestro trabajo cotidiano necesitamos espacios de encuentro, como nos propone el Papa Francisco, no solo para reconocernos y escucharnos, sino para acompañar y acompañarnos mutuamente en estos tiempos complejos. Sentimos la llamada a mirar con las “gafas” de Dios nuestra realidad para vivir su liberación, su fuerza y la esperanza que nos inserta de nuevo en el camino.

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