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¿Se dividirá la Iglesia por cuestiones morales?

"Ya tenemos una división dentro de la Iglesia, y no se basa en continentes, sino entre facciones conservadoras y progresistas", señalan especialistas consultados por Katholisch

Católicos LGTBIQ+ en el Vaticano

“El Norte global desea una apertura social, el Sur no, especialmente en cuestiones relacionadas con las mujeres, las parejas del mismo sexo y las identidades fuera de los roles de género tradicionales. ¿Se avecina un cisma?”. Así se plantea el portal Katholisch el debate abierto en el seno de la Iglesia católica –que, por cierto, no es nuevo– y sus interrogantes sobre si las mismas afectarán a la comunión como ya lo está haciendo, de manera significativa, en la Iglesia anglicana.

Para indagar en análisis al respecto, y hacerlo desde distintas perspectivas, Katholisch comienza desde el Sur Global, dando voz desde Nigeria a Caroline Mbonu, de las Siervas del Santo Niño Jesús y profesora de Nuevo Testamento. Destaca esta religiosa que existen numerosos grupos étnicos y familias lingüísticas muy diferentes en los países africanos, pero lo que define la cultura de muchas comunidades son los hijos, ideas que persisten hasta la actualidad, donde muchos jóvenes se mudan a las ciudades. «Si un joven llega a cierta edad y aún no ha presentado una esposa a su familia, se le envía una delegación de su pueblo natal para averiguar qué le pasa», explica. «En algunos casos, incluso se le impone una esposa», señala la religiosa, que asegura que el celibato no encaja en este panorama. «Mi abuela nunca me perdonó que me hiciera monja», dice Mbonu. «Porque así no podía tener hijos». Por lo tanto, a muchas personas allí generalmente les resulta difícil aceptar una vida sin hijos. “Una primera pieza del rompecabezas en el camino hacia una respuesta”, apunta el portal Katholisch.

Cristianismo en Nigeria

La perspectiva desde Latinoamérica la aporta Sandra Lassak, consultora de temas teológicos en la organización humanitaria alemana Misereor y que vivió en Perú durante siete años. "No se trata necesariamente de una división norte-sur", afirma Lassak. Más bien, señala, a menudo existe la opinión del episcopado, que es favorable al Vaticano, frente a la de los laicos comprometidos. "América Latina fue colonizada hace 500 años, y la mayoría de sus países han sido independientes durante 200 años. Ha habido muchos más procesos emancipadores en América Latina".

Frente a ese hecho histórico, recuerda que “en África, la mayoría de los países permanecieron bajo dominio extranjero hasta 1960. Los colonizadores implementaron la legislación misógina y homófoba de sus países de origen, y las estructuras eclesiásticas dominadas por los hombres también fueron transferidas”.

Especialmente en tiempos de creciente división social, la cuestión de género se presta a la instrumentalización

Los países colonizados no participaron en los movimientos de emancipación de la metrópoli. ¿Y después qué?, se pregunta. “Todo lo relacionado con la sexualidad y la reproducción es, por supuesto, muy conveniente cuando se necesita mantener una estructura de poder patriarcal-clerical”. Especialmente en tiempos de creciente división social, la cuestión de género se presta a la instrumentalización: “Este es el nuevo comunismo: es un blanco fácil de ataque”, asegura, con el añadido de que en las antiguas colonias africanas, la atención se centra también en distanciarse de sus antiguas metrópolis europeas.

Pero las condiciones de partida son diferentes, como destaca la religiosa africana Mbonu: «Las sociedades que experimentaron la Ilustración piensan de forma distinta a aquellas donde la gente aprende el alfabeto». Además, las sociedades que durante mucho tiempo han sido agrarias están experimentando una ola de cambio. Los jóvenes se mudan a las ciudades, ya no basan sus vidas en las expectativas de su comunidad y familia, experimentando el individualismo por los medios de comunicación en un mundo está cada vez más interconectado y donde, subrayan las expertas, los temas generales no siempre son el foco principal.

“Los católicos de todo el mundo están preocupados por diversos temas y tienen perspectivas muy diferentes por diversas razones. ¿Se enfrenta la Iglesia, por lo tanto, a un cisma? Una mirada a la Comunión Anglicana está causando preocupación para muchos: Recientemente, una alianza de iglesias conservadoras rompió la comunión con el arzobispo de Canterbury“, contextualiza Katholisch, tras la elección de Sarah Mullaly como nueva arzobispa de Canterbury.

Sarah Mullally

¿Podría suceder algo así en la Iglesia Católica? Ambos teólogas guardan silencio al respecto, señala este medio de información religiosa en alemán. «Ya tenemos una división dentro de la Iglesia, y no se basa en continentes, sino entre facciones conservadoras y progresistas», afirma Lassak. La naturaleza del debate es crucial, añade. «El argumento de que la apertura es imposible con la Iglesia universal es inútil». La cuestión no es usar la Iglesia universal como baza, sino tomar en serio su diversidad. Si no se han desaprovechado ya numerosas oportunidades: «Muchas de estas preguntas llegan demasiado tarde para Europa o Norteamérica. Mucha gente aquí ya se ha alejado de la Iglesia».

Mbonu también enfatiza el valor del intercambio global e insiste en ofrecer elementos de reflexión en ambas direcciones para que pueda comenzar a darse una nueva cultura eclesial. En el mundo católico, es el Papa quien fomenta la unidad. Pero la pregunta sigue siendo: ¿Cuánta diversidad puede tolerar la Iglesia? “Quizás la respuesta —paradójicamente— resida precisamente en ella: en la capacidad de entender la diferencia no como una amenaza, sino como un enriquecimiento”, finaliza, Christoph Paul Hartmann, autor del artículo.

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