Bienaventuranzas del sacerdote de hoy
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1) Serás bienaventurado cuando, como Moisés, estés al lado de tu pueblo suplicando a Dios por él y no cuando estés al lado de Dios para contentar a tu pueblo.
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2) Serás bienaventurado cuando aborrezcas el clericalismo rancio que te conduce a sentirte dueño y doctor y no servidor y discípulo.
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3) Serás bienaventurado cuando te falten las respuestas y estés dispuesto a llorar junto a quien te pregunte.
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4) Serás bienaventurado cuando no te sientas sagrado y sí profundamente humano.
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5) Serás bienaventurado cuando no te quedes en lo externo por buscar la imagen y la supervivencia y apuestes, sobre todo, por la coherencia de vida.
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6) Serás bienaventurado cuando no escuches tanto tu palabra y escuches más la Palabra.
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7) Serás bienaventurado cuando sientas el deseo de sentar en primera fila en la parroquia a un descartado y con poca higiene.
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8) Serás bienaventurado cuando tengas devoción al corazón sagrado de los vulnerables y orillados.
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9) Serás bienaventurado cuando tu evangelización seas tú mismo y tú mismo tu manera de evangelizar.
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10) Serás bienaventurado cuando tu casa esté abierta a la vida y la vida entre a tu casa a raudales.
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11) Serás bienaventurado cuando te niegues en firme a mirar atrás añorando cosas del pasado y descubras que eres un hombre de hoy para el tiempo presente, que es el único que existe.
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12) Serás bienaventurado cuando no te pueda la ley sino el amor la compasión y la ternura y estés dispuesto a hacer todas las excepciones que hagan falta porque no hay dos personas iguales.
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13) Serás bienaventurado cuando abraces la sinodalidad y descubras que tu opinión es una de tantas y no la más importante.
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14) Serás bienaventurado cuando nadie – y nadie quiere decir nadie- se sienta excluido por ti, ni en público ni en privado, aunque eso te cueste no avanzar en la carrera eclesiástica.