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"Rectificar es de sabios"
Rectificar es de sabios y, además, es muy evangélico. Por eso quiero expresar al obispo de Tenerife, señor Bernardo Álvarez, mi admiración y valoración positiva por saber reconocer su precipitación y haber dado marcha atrás. Pedir perdón y reconocer que no estuvo acertado honra su misión de pastor y le hace más creíble y humano ante la comunidad. No es un desacierto sino una virtud que le hace más cercano al pueblo de Dios. Sus palabras son alentadoras y dignas de un pastor según el corazón de Dios: “No estuve acertado” “Pido perdón a cuantos haya podido ofender con mis palabras, especialmente a la comunidad LGTBI, a quien expreso mi respeto y consideración”. ¡Olé por el señor obispo de Tenerife!
Tal vez, este ejemplo sirva para que otros piensen las cosas antes de hablar y les preocupe más el dolor que puedan causar que el miedo a perder puntos en la carrera eclesiástica.
Yo también, señor obispo, quiero pedirle perdón por haber sido tan duro en mi reflexión “¿No merecemos obispos más sensatos?” que he publicado en mi blog “Teselas” de Religión Digital a propósito de sus anteriores palabras.
La vida y nuestro caminar está llena de altibajos y lo importante es vivirla con respeto y amor a los demás, sean como sean y piensen como piensen porque así nos ha amado el Señor a nosotros.
Lo dicho: Mis disculpas y mi reconocimiento por su acierto al reconocer que también un obispo puede precipitarse pero, a la vez, reconocerlo y pedir disculpas. ¡Es tan difícil ver que un obispo pida perdón! No estamos muy acostumbrados. Por eso esto le honra mucho más.
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