#LectioDivinaFeminista “Paz a Vosotras”

“Paz a Vosotras”
“Paz a Vosotras”

MEDITACIÓN JUAN 20, 19-31 II DOMINGO DE PASCUA CICLO B

Disponer el espíritu con todo el ser para el encuentro con la Palabra en un espacio que proporcione un ambiente de reflexión, meditación y contextualización, facilitará que haya una conexión con la presencia de Jesús que sigue resucitando nuestras vidas con sus manifestaciones de amor misericordioso.

Jesús se presenta a los discípulos que se encuentran reunidos en una casa, expresando el saludo Paz a Vosotros y con su saludo las señales de su costado y sus manos traspasadas por la lanza y los clavos, la reacción de los discípulos en un primer momento es de no comprender lo que ven, la presencia de Jesús abre su mente y corazón nuevamente con el  saludo de la Paz  para que comprendan que es él ,confirmándoles que sigue con ellos y los motivan a ser testigos de vida , de buena noticia en la persona de Jesús resucitada a sus hermanas/os de Iglesia ,de comunidad. En el grupo de los discípulos no todos viven la experiencia de alegría con Jesús, uno de ellos no cree que Jesús estén en medio de la comunidad, las dudas lo encierran en su forma de creer, muy limitada que impide aceptar la vida que está de nuevo con ellos, pues solo se quedó en los hechos de desconcierto, de miedo, desesperanza, de muerte.

En el contexto de los hechos de muerte, de temor. de desconfianza, de las dudas, de encierro, que vivió la comunidad de los discípulos, según lo narra el Evangelio de Juan en este segundo domingo de Pascua. Podemos preguntarnos ¿qué situaciones, acontecimientos hacen que nos encerremos en nuestra casa? ¿Cuáles son nuestros miedos, temores? ¿Qué nos impiden que vivamos totalmente la experiencia de encuentro con la presencia resucitada de Jesús?

Mientras damos respuesta a estos interrogantes desde nuestra propia realidad de vida y de fe, les sigo compartiendo la reflexión y meditación del Evangelio de este domingo, que aborda parte de mi propia experiencia de angustia y miedo que se origina de la situación adversa de la presencia de una enfermedad que se hace compleja frente a las decisiones que hay que tomar para afrontarla y actuar en aras de poder minimizar sus efectos. En el proceso de afrontar y actuar ante la llegada de un evento de salud negativo se experimenta una crisis de desesperanza, de temor, incertidumbre, de no comprender lo que ocurre, de tristeza, de encerramiento en sí misma, como lo expresa el evangelio donde estaban los discípulos en una casa con las puertas cerradas por miedo a los judíos (Jn 20,19).

Miedo a no saber que hacer frente a una circunstancia que requiere una respuesta rápida, hay otros miedos que proviene de ambientes de horror ocasionado por hechos de violencia, de muerte, de la imposición de normas, del silencio, de la aceptación involuntaria del dominio del poder de los actores que están en contra de la vida, de la vivencia de la paz de las comunidades, territorios que procuran vivir en un ambiente de armonía, de tranquilidad. Algunas compañeras escritoras en unas de las reflexiones han hecho memoria de las madres que han perdido a sus hijos en los “falsos positivos”, de territorios que viven en una permanente situación de temor, de peligro, de poner en riesgo sus vidas ante la presencia de los grupos armados.

Esta situación se vivió en la comunidad donde me encuentro actualmente, las madres vivieron el miedo de perder a sus niños, niños que corrían el riesgo de que se los llevaran a hacer parte de las filas de los grupos armados que controlan algunos sectores del Departamento de Huila Colombia. También se ha de resaltar la confianza y fe en Dios, de esta comunidad, de las familias, de las madres que a pesar que vivieron parte de la experiencia de los discípulos de encerrarse y encerrarnos por miedo a los judíos y a la presencia de estas personas generadoras de violencia, el temor fue superado por la presencia de Dios que se manifestó a través de las ayudas, el refugio y la protección de la misma comunidad, pues todos velan por la seguridad en común, para experimentar una vez más la Paz de Dios en medio de la comunidad.

Es pertinente continuar fortaleciendo y experimentando la vida en la presencia de Jesús resucitado que llega colocándose en el centro de cada realidad existencial, por ello las invito a seguir agradeciendo a Dios por acompañarnos, cuidarnos, por animarnos,  por medio de mujeres mensajeras de la buena noticia, de las que nos han ayudado a superar todas las situaciones de horror, de desconcierto ,  de muerte , para seguir reconociendo a Dios en sus gestos de amor misericordioso para con cada una de nosotras y donde muy seguramente hemos experimentado en carne propia la expresión de Jesús resucitado “la Paz con Vosotras” .

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