No confundas mi silencio con sumisión ni con tristeza.
Si callo, es porque estoy reflexionando.
Si callo, es porque he partido en el viaje mas profundo e importante de mi vida, me he fugado hacia mi interior y estoy concentrada en amar mis oscuridades, juego con mis sombras y me abrazo a mi luz interior.
No me interrumpas, no me invites a hablar cuando haya decidido estar en silencio, porque es cuando más puedo conocer de mí, es cuando me hago consiente de la fuerza creadora que emana de mi interior, de donde vengo, de la luz y de la sombra y en mi silencio lo único que pretendo es administrar mis fuerzas para crear mejor a través de mi palabra cuando a bien lo tenga.
Permíteme ser. Ser y estar. Ser y estar en silencio sabiendo que me encuentro en un lugar mejor de donde regresare más fuerte, más sabia, más completa, más mujer.
Permíteme gozarme en mi anatomía femenina, columpiarme en mis trompas de Falopio y sumergirme en las profundidades de mi útero desde donde puedo apreciar mas la vida, porque de allí proviene.
Permíteme honrarme como mujer estando en silencio porque cuando hable, podre dar vida una vez más, y podre renacer yo misma cuando lo requiera.
No te confundas, mis lagrimas no son de tristeza.
Son de gozo al descubrirme tan completa, tan fuerte, tan yo. Siendo mujer.
Soy la que soy, me revelo a mi misma en cada silencio, revelo mi femineidad, mi ser cálido, gentil o feroz, y mi revelación me permite seguir descubriéndome, solo así puedo amarme y aceptarme cada día un poco más. A esto he venido. Al amor que evoluciona y que crece a partir de comprender quien soy, siendo mujer.
Así que puedes estar tranquilo con mi silencio, ya que conozco muy bien el poder de mi palabra.
Soy mujer!
Soy la que soy.