Desde nuestro ser mujer, somos las que luchamos y defendemos la vida, soñamos y construimos un mundo mejor. Nada nos detiene para buscar caminos de liberación.

Somos las que nos conectamos con nuestra madre tierra para sembrar, cosechar y alimentarnos de sabores y olores que satisface el hambre y necesidad y alegran el corazón. Somos las que cultivamos y embellecemos nuestro jardín de flores y fragancias que cautivan el espíritu.

Desde nuestro ser mujer somos las que intercedemos a la Ruah, divina sabiduría por la familia, las hermanas, compañeras cuando el dolor y violencia lacera nuestros cuerpos y los desaparece.
Somos las que abrimos el corazón y ensanchamos nuestra alma al amor y la compasión por el otro/a diferente, excluido y discriminado, porque somos humanidad. Somos las que nos unimos para construir redes de sostenimiento, apoyo y acogida.

Somos las que nos indignamos cuando se pretende cortar nuestras alas de libertad y roban nuestra esperanza de vivir la plenitud de la vida.
Somos las que nos levantamos cuando los tambores de guerra suenan para luchar por un mundo de misericordia, justicia y paz.

Somos el amor y ternura de mujeres bendecidas para gestar y maternar la vida nueva.
Somos las mujeres que hacemos fiesta, nos movemos, danzamos y dejamos fluir a la espírita para que la vida abunde en los cuerpos de vida plena.

Somos las mujeres cuando nos apropiamos de la palabra, nuestros cuerpos y espacios, cambiamos el mundo con coraje, para defender los derechos humanos para el buen vivir.

Dra. Luzmila Quezada Barreto