#pascuafeminista2025 El silencio cómplice de la jerarquía eclesiástica

| Merche Saiz
El silencio cómplice de la jerarquía eclesiástica ante la injusticia de la exclusión femenina del sacerdocio se ha roto, pero la grieta revela una cuestión profunda. La tardía afirmación del Cardenal Kasper* sobre la inexistencia de razones teológicas para la ordenación femenina no es un acto de valentía, sino una confesión forzada, un reconocimiento de lo evidente que llega demasiado tarde . Su declaración, lejos de ser progresista, es una admisión de la falacia de siglos de argumentos teológicos utilizados para justificar una práctica patriarcal.Si ahora, no hay razones teológicas para dar ese paso, será que nunca las ha habido.
La historia de la Iglesia está repleta de interpretaciones teológicas manipuladas para servir a intereses de poder. Apelar a la tradición como justificación de la exclusión femenina es una falacia histórica. La tradición, en sí misma, es un constructo dinámico, sujeto a interpretaciones y transformaciones a lo largo del tiempo. ¿Por qué, entonces, aferrarse a una tradición que, en este punto específico, se revela como un instrumento de opresión? La respuesta es obvia: el poder.
El cardenal Kasper no ha descubierto una verdad nueva; simplemente ha reconocido una verdad incómoda que teólogas feministas han defendido durante décadas, enfrentándose a la resistencia de una institución aferrada a sus privilegios. Su declaración no repara el daño causado por siglos de exclusión, ni borra la humillación sufrida por millones de mujeres. Es un gesto insuficiente, una gota en el océano de la injusticia.
Se necesita más que una declaración individual. Se requiere un cambio estructural profundo en la Iglesia Católica, un cambio que trascienda las declaraciones individuales y abrace una verdadera igualdad de género en todos los niveles. La pregunta crucial no es si la declaración del Cardenal Kasper representa un cambio de paradigma, sino si la Iglesia está dispuesta a afrontar, de manera honesta y sin ambages, su responsabilidad histórica en la perpetuación de una injusticia flagrante. Mientras la Iglesia no abandone sus estructuras patriarcales y asuma un compromiso real con la igualdad, cualquier declaración individual será solo un paliativo, un intento de lavar la conciencia ante la presión social, un triste eco de un silencio vergonzoso que ha durado demasiado. ¿Hasta cuándo? Esa es la pregunta que exige una respuesta contundente y urgente.
* El cardenal alemán Kasper aboga en un libro por abrir el diaconado permanente a las mujeres https://www.europapress.es/sociedad/noticia-cardenal-aleman-kasper-aboga-libro-abrir-diaconado-permanente-mujeres-20250526170548.html
