La vida está llena de acontecimientos, de decisiones más o menos importantes. Desde el momento en el que estamos, poniendo los pies en el suelo, ya estamos tomando pequeñas o grandes decisiones.

Nos suceden cosas de las que nosotros a veces no somos responsables porque no podemos hacer nada por evitarlas: una enfermedad, la perdida de un ser querido, una estafa, la decepción de una persona y tantas otras cosas que no están en nuestra mano el poder evitarlas, pero sí que es verdad, que cada un@ tiene la suficiente libertad, para asumirlas o enfrentarnos a ellas. Nos podemos encerrar en nosostr@s mism@s y ver todo de color negro o a lo sumo gris, o podemos intentar ver ese resquicio de luz que siempre por pequeño que sea, ahí está.

El corazón, el alma, aunque no lo parezca, juegan una parte muy importante en la actitud que tomemos No olvidemos, nosotr@s somos mucho mas qué aquello que nos pueda suceder, incluso más que esas limitaciones que a veces se nos imponen.

Pensemos por ejemplo en un deportista paralímpico. Ellos son capaces de superar sus propias limitaciones, o enfermos donde su vida está limitada a cuatro pareces con una dependencia total… Todos estos ejemplos y más que vosotr@s podríais decir, son de personas que son capaces de abrir una puerta a la esperanza. Porque, aunque nos parezca imposible, saben hacerlo, y lo hacen. Son capaces de encontrar sentido a lo que les está sucediendo porque nada está predeterminado, todo depende de cómo queramos vivirlo.

Solo en ti y en mí está la libertad de vivir las cosas de una u otra manera. Sé que no es fácil, pero se puede…