Caminar hacia un horizonte de igualdad

Caminar hacia un horizonte de igualdad
Caminar hacia un horizonte de igualdad

Más de una vez os he compartido que no me suele gustar escribir sobre un acontecimiento o noticia que ya lo hacen mis compañer@s y mejor que yo en sus blogs. Pero el día 8 de marzo, creo que lo merece, porque es un día muy significativo para seguir reivindicando, y a la vez, celebrando un camino del que nos queda mucho por recorrer, y a algunos más que a otros, pero no por ello tenemos que conformarnos. Es verdad que hemos conseguido importantes logros, pero nos queda mucho para poder hablar de igualdad.

No todas las personas tienen los mismos derechos ni oportunidades ya que como sabéis, el lugar de nacimiento incide mucho. Todavía son necesarios muchos cambios, tanto en las legislaciones como en las culturas. Aún seguimos viendo atónitos situaciones de maltrato o discriminación, violencia, menos opciones laborales o peor remuneración. Como veis, todavía son cuantiosos los obstáculos a superar para poder llegar a esa igualdad.

Si hablamos de nuestra Iglesia, todavía es mucho peor porque seguimos a años luz, sin embargo, creo que vamos caminando, pero con demasiada lentitud. Cada vez resuena más la voz de la mujer en un mundo masculino. El sínodo es un pequeño y tenue rayo de luz en el que el Papa Francisco se afana en ello aunque es verdad, que no tanto como quisiéramos, pero vamos avanzando, por mucho que les pese a algunos y se permiten rezar por su muerte, pero así somos los que nos llamamos “cristianos”

No olvidemos que en la época de Jesús, la mujer ya tenía un papel importante por mucho que les pese a algunos. Recodemos a la mujer samaritana (Jn, 7); la Cananea (Mt, 15); La Mujer adultera (Jn, 8); y así podría seguir enumerando…

Como veis, aún nos queda mucho camino por recorrer. Ya no como mujer, sino como sociedad. No olvidemos que trabajar por la igualdad es un deber para todos con esfuerzo y compromiso y nunca una obligación.

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