Caminar a oscuras

Caminar a oscuras
Caminar a oscuras

Amig@s que compartís conmigo este minuto, estoy segura que en algún momento de la vida habéis experimentado lo que significa caminar a oscuras…

Cuando los problemas se agolpan, nos invade la inquietud y no sabemos cómo salir de ello. El día está despejado, pero parece que solo llueve y truena sobre nosotros. Atravesamos demasiados desiertos a lo largo de nuestra vida y más en los momentos que nos está tocando vivir.

Desiertos que en más de una ocasión parecen no tener final y ante ellos, ¿qué hacer? No es fácil caminar por mucho  que te digan o expliquen. Por cuanta noche oscura no pasaría Sta Teresa… la mayor parte de su vida…

Cuantos desiertos no buscados, pero sí encontrados…

La vida no es fácil, nada fácil… caminar hoy día cuesta, incluso apoyados por un bastón. La oscuridad  llega sin avisar con la sensación de que nunca veremos algo de luz, sobre todo en plena “borrasca”. Exilios, guerras, muertes, incomprensión, hambre, falta de trabajo y de recursos, enfermedad…. Cuanta noche oscura, cuanta…

Pero tenemos que aprender, o por lo menos intentar seguir caminando. Solo quien ha pasado por un verdadero vendaval, sabrá apreciar la calma. La noche, el desierto, te lleva al encuentro con uno mismo. Y si tenemos la oportunidad de pasarlos acompañados, nos ayudaran a no endurecer tanto nuestro corazón y poder encontrar la luz, la esperanza como bastón de guía…

Volver arriba