¿Causas perdidas?

¿Causas perdidas?
¿Causas perdidas?

Creo que nunca deberíamos pensar ni dar una causa por perdida; por eso lo pongo en interrogación, porque creo que deberíamos guardarnos un último cartucho a la esperanza.

Hoy quiero hablaros de una persona mayor que se ha dedicado toda su vida por su profesión a mandar, como si fuera el jefe de una empresa, pero sin serlo. Hace años le llegó la enfermedad, enfermedad que nunca ha querido asumir. Esto le ha llevado a desarrollar una doble personalidad causada por la no aceptación de la misma. Ante este cuadro clínico mi pregunta es: ¿Cómo trabajar con este tipo de personas?, ¿Cómo ayudarlas a la aceptación?

Alguien me compartió este caso a lo largo de esta semana y ante mi perplejidad y la difícil solución, he querido compartirlo con vosotr@s.

Quizá conozcáis personas de estas características con las que es difícil de entablar un dialogo y cuyo único pensamiento es creer que de antemano ya hay batallas que están perdidas y que no merecen la pena, porque claman por su rebeldía e incomprensión; pero es ahí cuando les toca actuar a la esperanza y a la fe para no darte contra una pared cuando tienes delante casos tan difíciles. Pero la vida es como es y el fracaso a veces forma parte de ella. Una vida que este tipo de personas contribuyen a que realmente cueste seguir y se asome la desesperación y la falta de fuerzas.

¿Causas perdidas? Quizá alguien pueda responder…

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