Dejarnos atrapar por Dios

| Ana Bou
El titulo que da pie a éste compartir me ha hecho reflexionar bastante y por eso quería compartirlo con vosotr@s. Siento que no es sólo una frase hecha, es algo más. Tiene que partir desde lo mas hondo de nosotr@s, desde nuestras entrañas, porque para dejarnos atrapar por Él, primero tiene que haber una disposición. Tenemos que aprender a vaciarnos de nosotr@s, algo nada fácil, y sobre todo, en este tiempo en el que nos ha tocado vivir, donde lo que se lleva es la imagen, lo exterior, el yo, lo que los demás piensen de nosotros. Pero en medio de todo eso, ¿Cómo dejarnos atrapar?
Cuando surge el amor entre 2 personas, es porque el uno se fijó en el otro, se miraron, escucharon, encontraron se fueron conociendo, se dejaron atrapar…
Eso no se hace a través de las redes sociales o del wasap, en lo que estamos tan absorbidos, que nos levantamos por la noche para mirarlo o no soltamos el teléfono de nuestra mano mirándolo constantemente. Eso es otra forma de estar atrapados y ahí si que no tenemos ningún tipo de problema en dejarnos atrapar, porque nos atrae, nos evade…
La Cuaresma creo que es un momento para dejar a aun lado nuestro yo, nuestro ego. Para aprender a escuchar y dejar de hablar. Aprender a guardar silencio, a dejar a un lado el ruido, el teléfono, todo lo que no me permita encontrarme conmigo mism@.
Tenemos como ejemplo a María, ella sí que supo dejarse atrapar y eso no se hace en media hora, ni en un día. Tampoco entendía, como nos pasa a nosotr@s en muchas ocasiones de nuestra vida, y lo único que nos sale, es el desgarro de ¡¡¡por qué!!! También le asaltaban los interrogantes, pero confió, se dejó llevar, atrapar…
Supo ponerse en sus manos con un: no entiendo nada, pero “hágase”, aquí estoy…
Amig@s, estamos en el momento de la siembra, de cuidar nuestro interior, nuestro yo. Pero no cara a los demás, sino como María, desde lo más íntimo de nuestro ser y cuando llegue la Pascua, poder estar en disposición de recoger el fruto y seguir regando…