Dejemos hablar al corazón

Dejemos hablar al corazón
Dejemos hablar al corazón

Amig@s que estáis ahí. Hoy no voy a ser yo la que os comparta algo, sino que voy a dejar que seáis vosotr@s los que lo hagáis o penséis a través de este cuento que ha llegado a mis manos y del que desconozco al autor o autora.

“Dios tomó forma de mendigo y bajó al pueblo, buscó la casa del zapatero y le dijo: Hermano, soy muy pobre, no tengo una sola moneda en la bolsa y éstas son mis únicas sandalias, están rotas, si tú me haces el favor. El zapatero le dijo, estoy cansado de que todos vengan a pedir y nadie a dar. El Señor le dijo, yo puedo darte lo que tú necesitas. El zapatero desconfiado viendo un mendigo le preguntó. ¿Tú podrías darme el millón de euros que necesito para ser feliz? El Señor le dijo: yo puedo darte diez veces más que eso, pero a cambio de algo. El zapatero preguntó ¿a cambió de qué? A cambio de tus piernas. El zapatero respondió para qué quiero diez millones de euros si no puedo caminar. Entonces el Señor le dijo, bueno, puedo darte cien millones de euros a cambio de tus brazos. El zapatero respondió ¿para qué quiero yo cien millones de euros si ni siquiera puedo comer solo? Entonces el Señor le dijo, bueno, puedo darte mil millones de euros a cambio de tus ojos. El zapatero pensó poco ¿para qué quiero mil millones de euros si no voy a poder ver a mi mujer, a mis hijos, a mis amigos? Entonces el Señor le dijo: ¡Ah, hermano! Qué fortuna tienes y no te das cuenta.”

Añadir dos palabras que estoy segura de que sobran, peo me ha hecho pensar lo afortunados que somos con poder levantarnos cada día, ver un amanecer, sentir el frio en el rostro, caminar…algo tan normal y sencillo, pero ¡cuántos darían lo que fuera para poder hacerlo!, amig@s, aprendamos a valorar y sobre todo a dar gracias por lo poco o mucho que tengamos, porque siempre habrá alguien peor que nosotros…

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