| Ana Bou
Vivimos insertos en una sociedad en la que cada vez somos más exigentes. Queremos que las cosas sean ya, ahora. No mañana, ni en media hora, sino ya… algo que cada vez va cobrando más fuerza y es a lo que estamos acostumbrando a nuestros pequeños.
¿Quién se acuerda ya del diccionario Larousse? ese gran libro que cuando no sabíamos algo, todos acudíamos a el… ahora ya lo hemos cambiado por la wikipedia, google, o mejor, por la Inteligencia artificial. Cualquier pregunta o duda en segundos la tenemos resuelta… pero no olvidemos que quizá esto puede ser un arma de doble filo, porque estamos acostumbrando a los niños que todo sea “ya” y cuando les hacemos esperar 5 minutos, gritan, se enfadan y no sé cuantas cosas más…
En la vida quizá hay cosas que sí las podamos resolver insitu, pero también hay otras que requieren su tiempo, su discernimiento y para eso se necesita tiempo y paciencia. Hay situaciones que nos toca esperar, aunque es verdad que tampoco nos podemos quedar en ese mañana que al final nunca llega…
Hoy me pregunto si somos capaces de vivir el presente con lo que significa esa palabra, sin agobiarme. ¿Nos hemos vuelto más exigentes y menos pacientes de lo que éramos antes? no olvidemos que si fuese así, nos estamos perdiendo un presente que jamás volverá…